Me acurruqué en el fondo
de mí, como aquel niño
que al escondite juega...
Los otros me llamaban, y me vino
un ansia ingobernable
de perderme en mí mismo,
perderme para siempre...
¡Qué imprecisos
siento los pasos de los que me buscan
y oigo sus gritos!...
espero que no te pierdas para siempre
ResponderBorrarLa primera soledad te encuentra jugando al escondite
ResponderBorrar