Hay horas en que imagino
que estoy muerto;
que sólo percibo formas
amortajadas de tiempo;
que soy apenas fantasma
que algunos miran en sueños;
que soy un pájaro insomne
que más canta por más ciego;
que me fugué-no sé cuándo-
a donde ella y él se fueron;
que los busco,
que los busco y no los veo,
y que soy sombra entre sombras
en una noche sin término.
Pero de pronto la vida
prende su aurora de incendio,
y oigo una voz que me llama
como ayer, a grito abierto;
y en la visión se amotina
la turba de los deseos,
y se encrespan los sentidos
como leones hambrientos...
Y hay un alma que está aquí,
tan cercana, tan adentro,
que fuera arrancar la mía
arrancármela del pecho...
Y soy el mismo de antes,
y sueño que estoy despierto
y cabalgando en la vida
como en un potro sin freno...
Sólo tú, que veniste
a mí con don secreto,
tú por quien la noche canta
y se ilumina el silencio;
sólo tú, que dejaste
con vuelo de amor el centro
de tu círculo glorioso
para bajar a mi infierno;
sólo tú, mientras tus manos
alborotan mis cabellos
y me miras a los ojos
en el preludio del beso,
sólo tú podrás decirme
si estoy vivo o estoy muerto.
sábado, noviembre 24, 2007
sábado, noviembre 17, 2007
MI PUERTO
Soplaba un manso viento de aquel lado del mar...
La turba era una sola alma para escuchar.
Se concentraba todo en el vago sonido
que venía de lejos...La tarde era tan pura
y la emoción tan honda, que el alma hubiera oído
el vuelo de un celaje cruzando por la altura,
el vuelo de un celaje
en la paz infinita de un misterioso viaje.
Sólo el mar prolongaba su angustioso tormento
mientras la turba oía la palabra del viento.
Puerto que vi una tarde y cuyo nombre ignoro;
puerto de vida unánime y silencios de oro;
puerto absorto y mudo, puerto cuyo sentido
único es la insaciable codicia del oído;
puerto a quien la llama de crepúsculos rojos
no despierta una sola inquietud en los ojos;
puerto que nada mira, puerto que a nada atiende
porque escucha y comprende...
Destino de cuyos hombres, al pasar a su lado,
no podré decir nunca que me hubiesen mirado;
vieja ciudad fantástica de quien decir no acierto
si la crucé dormido o la soñé despierto...
¡He perdido tu rumbo! ¿Quién mi dirá si existes,
obsesión de mis horas infecundas y tristes?
¡Quien sabe si entre sueños te volveré a escuchar,
oh viento que soplabas de aquel lado del mar!...
La turba era una sola alma para escuchar.
Se concentraba todo en el vago sonido
que venía de lejos...La tarde era tan pura
y la emoción tan honda, que el alma hubiera oído
el vuelo de un celaje cruzando por la altura,
el vuelo de un celaje
en la paz infinita de un misterioso viaje.
Sólo el mar prolongaba su angustioso tormento
mientras la turba oía la palabra del viento.
Puerto que vi una tarde y cuyo nombre ignoro;
puerto de vida unánime y silencios de oro;
puerto absorto y mudo, puerto cuyo sentido
único es la insaciable codicia del oído;
puerto a quien la llama de crepúsculos rojos
no despierta una sola inquietud en los ojos;
puerto que nada mira, puerto que a nada atiende
porque escucha y comprende...
Destino de cuyos hombres, al pasar a su lado,
no podré decir nunca que me hubiesen mirado;
vieja ciudad fantástica de quien decir no acierto
si la crucé dormido o la soñé despierto...
¡He perdido tu rumbo! ¿Quién mi dirá si existes,
obsesión de mis horas infecundas y tristes?
¡Quien sabe si entre sueños te volveré a escuchar,
oh viento que soplabas de aquel lado del mar!...
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- Nací un martes 13 exactamente a las 00.13 y alguien dijo que por eso estaba emparentado con un ángel desalojado del Paraíso. Tal vez...