Esta jauria que has soltado en mi pecho
es el dolor.
Esto como una losa aplastando mi vida.
Esto de plomo, que si fuera llanto
casi la dicha fuera;
pero no; hiedra amarga
que sube por mis huesos
apretada, maldita;
que me bebe la sangre,
que me crece lozana
en derredor del cuerpo,
albo, tierno sollozo,
lava oscura ceniza.
Y en vano me pregunto
quién eres para herirme,
para azotarme así
y vencerme el orgullo,
tú, nacida de nieves,
más allá que de nieves.
Si te miro y me duele
tu angostura de sueños;
si te diera una parte de mi angustia
por mirarte ser mujer,
no mi intacto sepulcro.
Ahh...esta jauría me duele,
me duele más que la muerte,
más que la vida.