Y tienen las palabras su verano,
su invierno, y tiempos de entretierra
y estaciones de olvido.
De pronto se parecen demasiado a nosotros,
a manos que no tocan
hijos, amigos,
y pierden su polvo en otra tierra.
Ya no las mueve el agua
de nuestra tibia orilla humana.
Navegan entre nieblas,
merodean lentísimas,
van como topos, ciegas, esperando.
Hermanas, tristes nuestras...
hace unos dias lei que r.r. malagrida, un religioso que fue quemado por la inquisicion en lisboa, dijo antes de morir> #la palabra fue dada al hombre para ocultar sus pensamientos#, nada mas cierto, nada mas jodidamente cierto...
ResponderBorrardejo abrazo
Somos aprendices...Requerimos aleccionarnos, sin tregua, en el respeto del "espacio vital" de cada todo.
ResponderBorrar{...Y quizás construyamos un mañana posible}