lunes, mayo 10, 2010

MAYO

Acaso el ocre de un crepúsculo
contribuyó en gan parte a mi tristeza;
o tal vez la soledad que alumbraba mis pasos
ese día increíble de mayo,
cuando mi pensamiento
nutrido de presagios
debatíase en un clima de abandono,
inventando fracasos,
desolaciones íntimas,
irreparables pérdidas.
Iba desnudo de amor y de alegría.
¡Qué amargo recorrido!
Nadie que llegara a mi llanto,
ninguna voz que que me dijera: "Te amo"
precisamente en esa hora,
en el vértice de mi derrumbamiento.

Pensaba yo en la inútil pasión
de que estoy hecho;
en mis cantos caídos en la arena.
¡Ah!, si me hubiera muerto en ese instante
quizás escucharía
la conmovida voz de los que amo
gritar desde la sombra:
"Perdido está, más su recuerdo vive...".

Interminable senda, transitada
por el cruento desvelo
y por los implacables pasos de la memoria.

¿Qué buscaba mi afán entre la noche?
Enrojecidos párpados
aprisionaban el recuerdo
de lo infinitamente dulce,
y al fin, todo quedaba herido
por lo que pudo ser y no ascendió
a la corola de la primavera.

¿Quién me libró del sigiloso viaje?
¿Quién prodigó sus verdes al desierto?
Vencido casi, en la nocturna hora
miré asombrado -súbito milagro-
desplomarse la noche ante mis plantas
y aparecer magnífica y radiante,
precedida de azahares, la mañana.

Limpia risa de niño
lanzaba rubios dardos sobre el muro del alba.

Hoy he vuelto a la senda primitiva.
Atrás quedó la niebla,
la sombra que obsesiona,
la vanidad que ciega.
De nuevo el corazón, simple y tranquilo,
se enamora de todo lo creado:
de la hormiga que lleva breve grano
a las comunidades subterráneas;
de la tela de araña donde pudo
quedar prendida vagabunda estrella;
del polen que olvidó la mariposa
sobre la piel intacta del rocío;
y de los pies angélicos del niño.

De nuevo el corazón alborozado
apacienta rebaños de esperanza
en los fecundos campos de la vida.

Acerca de mí

Nací un martes 13 exactamente a las 00.13 y alguien dijo que por eso estaba emparentado con un ángel desalojado del Paraíso. Tal vez...