sábado, diciembre 15, 2007

QUIMERA

Hoy me pierdo en la noche y la noche me cerca.
Mi corazón te implora:
pero la voz se rompe en un sollozo inútil
y quedo a la intemperie, solitario,
en pos de ti, por ti, sin ti, que no me sientes
morir de sed, frente al espejo intacto
de tu esencia inasible.

Camino hacia la muerte
y no puedo morir, porque mi sangre
es un oleaje vivo, que tus dedos golpean,
acrecentando el fuego de mi entraña
y poblándome el sueño de gaviotas rebeldes.

Amarga certidumbre de no alcanzarte nunca.
¡Que importa que tu espada flamígera me hiera
y que importa tu cauda luminosa en mi noche!
y esta febril espera y este dolor inmenso
y esta sed y este llanto y este grito errabundo,
si a tí sólo se llega temblando por la ruta
delgada del suspiro;
si tu imagen se toca
nada más en el fondo de una lágrima pura;
si tu forma se esconde
bajo el ala creadora del ángel de los sueños.

Que cese mi lenguaje;
que me envuelva el silencio;
que se calme el motín de mis venas hinchadas;
que dejen mis oídos de escuchar caracolas;
que aniquilen mis manos sus espigas fugaces;
que mis ojos no miren horizontes de fuego;
que mis labios se inclinen hasta besar el polvo;
y cuando sólo quede mi desnudez primaria
tendida sobre el lecho maternal de la tierra,
deja caer, amor,
sobre la herida abierta por lo imposible,
una gota de bálsamo
y que tu nombre sea
amapola perpetua encendida en mi pecho.

sábado, noviembre 24, 2007

¿HE MUERTO?

Hay horas en que imagino
que estoy muerto;
que sólo percibo formas
amortajadas de tiempo;
que soy apenas fantasma
que algunos miran en sueños;
que soy un pájaro insomne
que más canta por más ciego;
que me fugué-no sé cuándo-
a donde ella y él se fueron;
que los busco,
que los busco y no los veo,
y que soy sombra entre sombras
en una noche sin término.

Pero de pronto la vida
prende su aurora de incendio,
y oigo una voz que me llama
como ayer, a grito abierto;
y en la visión se amotina
la turba de los deseos,
y se encrespan los sentidos
como leones hambrientos...
Y hay un alma que está aquí,
tan cercana, tan adentro,
que fuera arrancar la mía
arrancármela del pecho...
Y soy el mismo de antes,
y sueño que estoy despierto
y cabalgando en la vida
como en un potro sin freno...

Sólo tú, que veniste
a mí con don secreto,
tú por quien la noche canta
y se ilumina el silencio;
sólo tú, que dejaste
con vuelo de amor el centro
de tu círculo glorioso
para bajar a mi infierno;
sólo tú, mientras tus manos
alborotan mis cabellos
y me miras a los ojos
en el preludio del beso,
sólo tú podrás decirme
si estoy vivo o estoy muerto.

sábado, noviembre 17, 2007

MI PUERTO

Soplaba un manso viento de aquel lado del mar...
La turba era una sola alma para escuchar.

Se concentraba todo en el vago sonido
que venía de lejos...La tarde era tan pura
y la emoción tan honda, que el alma hubiera oído
el vuelo de un celaje cruzando por la altura,
el vuelo de un celaje
en la paz infinita de un misterioso viaje.

Sólo el mar prolongaba su angustioso tormento
mientras la turba oía la palabra del viento.

Puerto que vi una tarde y cuyo nombre ignoro;
puerto de vida unánime y silencios de oro;
puerto absorto y mudo, puerto cuyo sentido
único es la insaciable codicia del oído;
puerto a quien la llama de crepúsculos rojos
no despierta una sola inquietud en los ojos;
puerto que nada mira, puerto que a nada atiende
porque escucha y comprende...
Destino de cuyos hombres, al pasar a su lado,
no podré decir nunca que me hubiesen mirado;
vieja ciudad fantástica de quien decir no acierto
si la crucé dormido o la soñé despierto...
¡He perdido tu rumbo! ¿Quién mi dirá si existes,
obsesión de mis horas infecundas y tristes?

¡Quien sabe si entre sueños te volveré a escuchar,
oh viento que soplabas de aquel lado del mar!...

martes, octubre 23, 2007

ALAS

Alas, todos pedimos alas; pero ninguno
sabe arrojar el lastre en el tiempo oportuno...
A todos nos aqueja un ímpetu de vuelo,
una atracción de espacio, una obsesión de cielo;
tendemos nuestras manos codiciosas de lumbre
a la divina llama de olímpica cumbre;
mas al hacer impulsos de volar, nos aferra
el misterioso lazo que nos ata a la tierra...
Un amor, un recuerdo, un dolor es bastante
para apagar las ansias de la pasión errante...
¡Oh la cruz afrentosa, los afectos humanos!...
¿Cuándo desclavaremos nuestros pies, nuestras manos?
¿Cuándo sacudiremos nuestra pesadumbre infecta?
¿Cuándo revestiremos la desnudez perfecta
de nuestro propio espíritu?; ¿Cuándo daremos con
la ruta que nos marque nuestra liberación?...
¡Y pensar que no es fuerza desandar el camino!...
Que sea cada cosa el escalón divino
que nos preste su apoyo para dar aquel salto
de todo lo que es hondo a todo lo que es alto;
sólo que es necesario esquivar, lo primero,
todo lo que es inestable, lo que es perecedero,
para tomar lo que es eterno, lo que no se consume,
el alma de la piedra y el alma del perfume,
hasta lograr por último, que vaya confundida
con nuestras propias almas el alma de la vida...
¡Alas, todos pedimos alas; pero ninguno
sabe arrojar su lastre en el tiempo oportuno...
¡Oh la cruz afrentosa, los afectos humanos!
¿Cuándo desclavaremos nuestros pies, nuestras manos?...

sábado, octubre 20, 2007

BITÁCORA

Que bien hacen las parrandas, sobre todo cuando no te toca pagar, decía Mauricio al tiempo en que daba un trago a ese ajenjo traído contrabandeado desde Lobrovidkna. Habíamos llegado antier y sin que aún nos quitáramos el polvo del camino ya estábamos zarandeándonos por el ambiente de aquella región de Europa Oriental, antes cerrada y misteriosa y ahora abierta impunemente a los mochileros como nosotros. Y es que este viaje lo pensamos más de un año, o más bien, no nos alcanzaba la "feria" y nos venimos por eso hasta ahora.

Pero saben qué?...Ha sido una odisea venir. Nos embarcamos en Veracruz hace un mes en un carguero japonés en ruta a Tánger. No lo planeamos así. Queríamos llegar a Portugal y seguir luego por tierra hasta acá. Pero sin más plata que la suficiente para la costa oriental mexicana se diría que lo del barco fue una oportunidad, así que no la desaprovechamos.

A bordo enfermamos cuando apenas dejábamos Cuba, donde estuvimos tres días de antología. Imaginen 72 horas de absoluto desmadre. Todo mundo decía: "Cuba será otra después de Fidél", así que me sentía con ganas de encontrarme al Comandante al menos para darle un abrazo porque él y yo cumplimos el mismo día. Digo, en diferente año, pero el mismo día. Si tuviera la suerte de verlo, uffff, no me la acabaría. Mas al momento de poner pie a tierra comprendí que eso no sucedería, así que jalamos pa Habana vieja y...ahhh... Sólo les digo que ni falta nos hizo dormir. Puro desmadre, pero constructivo. Bien constructivo. Mezclamos el ron con el danzón y terminamos casi perdiendo el barco. Otro ocasión volvería, en otro plan.

En Tánger, bucólica y apasionada, teníamos dos opciones: por tierra al sur o al oriente, sin destino y sin rumbo, o por mar, a Duvrovnik. No lo pensamos. La suerte seguía de nuestro lado y abordamos el "Vincennes" gracias a aquella pareja generosa que hizo de nosotros sus "ayudantes" pa hacer cualquier cosa menos trabajar, así que de nuevo a "sacrificarnos" con un crucero privado hasta Atenas, donde nos reabastecimos. Santorini aparecía luego como un cuento de hadas, sobre todo en esas condiciones que me recordaban a Aristóteles y a María, acompañados de un par de buenos mozos a los que todavía se les quería pagar. Me imaginé por un momento la escena donde ella le canta desde el escenario milanés y una ráfaga me volvió a la realidad, bella por cierto, tanto como un sueño. Y fueron 8 días. Al despedirnos, cerré uno de los capítulos más hermosos de mi vida.

La Perla del Adriático ha sido siempre, aún en la guerra de los Balcanes, un lugar fuera de este mundo. Hubiera querido detenerme más, pero teníamos el tiempo contado no porque tuviera que regresar, sino porque lo que nos trajo hasta acá no duraría mucho más. Tomamos el tren y al amanecer llegamos a Bucarest para alcanzar otro sueño. Por cierto que esta ruta no es frecuentada ni turística, así que los pasajes no son costosos y lugares sobraban en un ferrocarril de los años sesentas. Un frío otoñal nos dio la bienvenida y tan rápido como pudimos nos pusimos en marcha rumbo a los Cárpatos, no sin antes acudir a la tumba de Ceaucescu, sólo para ver de cerca lo que quedó de un super megalómano.

El autobús avanzó por valles hermosos de un verdor extraordinario al tiempo en que el frío empezaba a arreciar. Nos adentramos entre desfiladeros hacia aquella tierra de leyendas que para mi no lo eran, ni tampoco para Mauricio...sin saber que luego, sin arrepentimiento, resultaría fantástica. De hecho ya lo era, pero lo que nos esperaba se encontraba cercano a la inmortalidad, no importando si después...muriéramos, pues existen diferentes formas de morir, como las hay de vivir. Se puede morir amando, por ejemplo, pero también vivir sin amor. Igual es posible tener una larga pero tediosa vida, o intensa pero breve.

Estar entre los Cárpatos nos hizo acariciar el tercero y último sueño: la inmortalidad. Sobre todo si ésta resultaba elegante, deliciosa y sensual. Así iniciábamos la verdadera aventura.

martes, octubre 16, 2007

RUEGO

Mi corazón es llama combatida
por malos vientos...Cuida con tu mano
que no la apague el vendaval cercano
ni crezca a punto de incendiar mi vida.

Ven a mi soledad...Soy un enfermo
que se agita en instantes de locura...
Pasa sobre mi fiebre tu ternura
y háblame al alma para ver si duermo.

Guarda tu clara placidez que asombra,
tu paz segura que sin miedo avanza;
y pon en mi tormenta tu esperanza
y el sol de tus pupilas en mi sombra.

domingo, octubre 07, 2007

SOBRE LA PLAYA

Acuéstate en la playa y recoge en la mano
para dejar que escurra después, grano por grano,
la hermosa arena rubia que el sol hace de oro;
luego cierra los ojos, mas antes ve el sonoro
mar que la orilla besa, y el cielo transparente,
y cuando, poco a poco, sientas que dulcemente
no queda peso alguno en tu mano ligera,
abre otra vez los párpados; pero antes considera
que nuestra propia vida toma y devuelve activa
a las eternas playas su arena fugitiva.

martes, septiembre 25, 2007

LLOVIZNA

Una lenta llovizna torna gris el paisaje,
y un dolor importuno ensombrece la vida...
A las puertas del alma, cual viajera rendida,
ha llegado una pena y ha pedido hospedaje.

Un olor de jazmines atraviesa el ramaje
y se clava en el pecho y renueva la herida;
y nos viene al recuerdo la visión dolorida
de una tarde de lluvia precursora del viaje.

Un olor de jazmines...La palabra insegura
de la terca llovizna al oído murmura
confidencias sutiles mientras baña las frondas;

y el espíritu evoca en romántico duelo
el llorar de unos ojos, el flotar de un pañuelo
y el huir de una nave que desgarra las ondas.

sábado, septiembre 22, 2007

COMO QUISIERA

Cómo quisiera que tu corazón fuera mío, al menos una tarde de otoño. Las hojas permanecerían ahí por un momento más, cobijándonos.

Cómo quisiera que el Taj Majal pudiera por un día ser cerrado con nosotros dentro, tan sólo para que miráramos desde la ventana de Mhirata el horizonte y luego besarnos largamente.

Cómo quisiera que subieramos juntos hasta la casa del árbol y pasar en ella una noche inolvidable, rodeados por nuestros queridos animales, los tuyos y los míos, para escucharlos regalarnos entre las estrellas el único concierto posible enmedio de la nada.

Cómo quisiera que a bordo del "Errante" nos sorprendiera un fin de año en alta mar, por allá cerca del magallánico estrecho, para que al dar las 12 chocaramos nuestras copas y nuestros cuerpos al unísono y luego, envueltos uno en el otro deternos a ver el amanecer entre los hielos eternos.

Cómo quisiera que en mi refugio hubiese una fotografía tuya y tal vez aquella que te robé en Oaxaca, cuando el mercado hervía y tú buscabas con desesperación la planta mágica que eliminaría mis males. El deseo te invadía y me hacías tan feliz.

Cómo quisiera robarle tiempo al tiempo para alcanzar otra vez al astro que encendió nuestras noches desde aquel encuentro, el primero, tendidos en la hierba rodeada de araucarias y pinos. Te acuerdas?...Al fondo se veía Juanacatlán, nuestro preciado tesoro.

Cómo quisiera que de nuevo tus pinceles cobraran vida y deslizándose con suavidad y con maestría, como era siempre, volvieran a plasmar tus sentimientos, tus anhelos, tus alegrías y tus tristezas. Recuerdo cuando los abandonaste, hace ya muchos veranos.

Cómo quisiera, mi amor, que hubieras podido aquilatar lo inmenso que fue y sigue siendo mi sentimiento por ti. Intentaste hacerlo porque me querías, pero no porque me amaras. Te lo regalé completo, sin reservas, con toda mi alma y aún lo guardo, a pesar de todo, pero, ya ves...

¿Recuerdas cuando subimos hasta el Nevado porque necesitabas cerciorarte de que no era un espejismo?

¡Cómo quisiera que al despertar estuvieras aún junto a mi...En nuestra cama está el espacio hollado por ti, intacto. La almohada permanece como el último día!

Cómo quisiera, sobre todo, que en tu funeral me hubieran acompañado al menos mis comejenes, mis fantasmas, mis recuerdos, todo lo nuestro, para que fuera ese momento menos amargo...

Cómo quisiera que hoy, ante el llamado de la vida...tú pudieras saber cuánto me haces falta, a pesar de que jamás me amaste. ¡Cómo quisiera!

Y mientras escucho Casta Diva con la incomparable Callas...mi pensamiento vuela hasta
ti...anhelando que todo esto termine ya, para mirar de nuevo el mar reflejado en tus pupílas.

miércoles, septiembre 19, 2007

MI HERMANO LUIS


Un día como el de hoy se fue para siempre mi hermanito Luis. Al percatarme de su ausencia el mundo cambió. Se volvió gris. Mis juguetes desaparecieron también y el tiempo se fue haciendo largo, largo, largo. La primavera me parecía idéntica al invierno, el otoño era monótono y el verano ni sabía que existía.

Él y yo fuimos los mejores amigos. Nuestros juegos, los más limpios, quedaron en mi mente y cada 19 de septiembre el tic tac del día y de la noche me dicen que las canicas, los baleros, las serpentinas, los caballitos y los barcos de papel están ahí, aguardando nuestro reencuentro, ya cercano al fin. Entonces vuelven los extraños recuerdos de aquellas horas: una camita vacía, una jirafa silenciosa, un payaso que no volvió a sonreír y yo, mirando tras el dorado barandal hacia todos los rincones de la habitación esperando con una colorida pelota entre las manos a mi inseparable compañero que nunca regresó.

Al paso del tiempo mi tristeza cobró su factura. Con paciencia infinita, la soledad me abrió sus brazos para acogerme con amor y así caminé un largo, larguísimo trecho entre silencios y sollozos, hasta que víctima de estertores provocados por un inexplicable mal me encontré en un hospital, envuelto por la extremaunción.

Entonces lo volví a ver, risueño, amoroso, angelical. Dicen quienes estaban que una gran sonrisa se dibujó en mi rostro y la enfermedad se fue. No lo sé, pero aquel maravilloso momento me ha dado la fuerza para levantarme cada día con la inquebrantable certeza de que él me acompaña y me guía. Con la fe absoluta de que los juegos que quedaron pendientes los habremos de continuar y la sensación de que ésta no ha sido sino una pausa pequeña frente a los perennes y felices tiempos por venir, cuando llegue al lugar en el que sereno me espera.

Sí, hermanito. Pronto, pronto...
(Gracias Diego, por tu hermosa y oportuna pintura. Ella dice más que todas mis palabras)

viernes, septiembre 14, 2007

FOEDUS


Un iris vergonzante miente
su heptacromia tendida en el cielo,
siete garantías que setenta veces siete
mintieron...
Guiñapo desteñido
por el ábrego, el mistral y el pampero;
condecoración anacrónica
de un abolido reino,
cuyo monarca destronado
-sordo implacablemente y fatalmente ciego-
arrastra por el orbe la cifra cabalística
de sus siete millones de inviernos...

miércoles, septiembre 12, 2007

TU VOZ

Ha llegado tu voz
hasta mi gran silencio
y en la angustia callada
de mis cuatro paredes
tus palabras sonoras
se hacen breves e inquietas
como pequeños gnomos,
o inmensas y profundas
como ecos de infinito.

Es voz en remolino
que se clava en el techo,
son palabras calientes
que me dan la sonrisa
de esa boca abierta,
trayéndome el aliento
que las hizo vivir
sobre la ausencia.

No seguirán volando
por las distancias huecas,
han quebrado sus alas
al colarse en mi oído
para dormirse quietas
junto a mi soledad atormentada.

sábado, septiembre 01, 2007

LA PLAYA

Emprendí al amanecer nuevamente el camino de la playa que por años había recorrido. Siempre, siempre en cada ocasión encontré formas nuevas en la arena y en las olas, como diseñadas por un gigantesco e imaginativo creador, imposible de igualar. Eso sin contar los diferentes colores que a cada minuto se iban dibujando en el celaje. Un espectáculo distinto en cada ocasión y jamás tuve que pagar un centavo por él.

Pero hoy era sensiblemente distinto y diferente. Pareciera que no estuviera en la misma playa. Era un cambio profundo y no por culpa de algún Tsunami. Me dijo algún amigo lugareño que aqui nunca los han sentido. No. Era otra cosa.

Llevaba un libro conmigo que había intentado terminar hacía tiempo. "Heven no more" de Al Thompson, canadiense amigo quien también caminó por aquí y fue entre estas delicadas arenas que lo escribió. Me pidió que no indagara nada, que no le preguntara nada. Sólo que lo leyera y entonces lo buscara para comentarle mis sentimientos. Al murió en un estúpido accidente casero en Vancouver y desde entonces me encuentro en la disyuntiva de terminarlo o no.

Pero hoy la playa está irreconocible para mi. Solía ser "mi" playa hasta ayer. No sé qué pasó. Sigue hermosa. Es el paraíso, pero no es igual.

Las raíces de una imensa ceiba besan la playa y a su sombra me recosté, mirando el horizonte. Las hojas de mi libro se revolvían con el viento frío de la mañana y de pronto, al detenerse un poco, señaló la antepenúltima página. Al final de ella, algo estaba escrito a mano en inglés con lápiz. Reconocí de inmediato la letra de Al, pero no sus garabatos. Me esforcé por saber qué dejó ahí?. No serían más de cinco o seis renglones:

"My friend: These is the first number of the edition. It's a treasure for me and hope for you. The next pages are enterely dedicated to our friendship. I'm sorry if im wrong. I'm sorry if i failed. I wold ask you to read my stupid lines in a glamorous morning, at the same beach of my dreams and, if you may, in the morning, in the very morning, when the sun shines but warm is not ready. Please, read it easy and carefuly, i beg you. I'm shure yu'll understand".

Levanté la vista al horizonte de nuevo. Los colores eran diáfanos y la mañana apenas nacía. Era el momento propicio aunque no propuesto por mi. Era realmente EL momento, de acuerdo a los deseos de Al.

Mis manos sostenían delicada y suavemente aquel texto y di lectura a las páginas que desde hacía cuatro años, cuando él partió, había yo dejado pendientes. Algún día me decidiré a plasmarlas aqui. Entonces, cuando un torrente de lágrimas corrían sin freno por mi rostro comprendí por qué la playa, la mañana y los colores no eran los mismos. Entonces entendí cuánto él me regaló cada día de su vida y por qué me lo dió. Pero extrañamente, mi lloro y mi presentimiento no eran de tristeza ni angustia. Fue un momento, sólo un momento en que el ángel volvió y antes de abrir el libro supe que estaba ahí. Permaneció conmigo por unos minutos. Era que venía la tercera vez en menos de un año. Creí que era el viento, pero fue él quien señaló la página.

Nunca supe y menos imaginé que mi gran amigo canadiense tuviera esa conexión. Menos aún que fuese poeta. Me recordó a "Seven Story Mountain" que hace tanto una mujer amada, amadísima, me regaló también en otra playa, en otro mundo, en otro tiempo.

Hoy me pregunto si ella y él son una misma persona, que partieron antes que yo, dejándome un dolor profundo y una solitaria playa por caminar...

jueves, agosto 30, 2007

OTOÑO

Creí todo terminaría ahí, pero es agosto y aún verano. El clima ha empezado suavemente a cambiar y siento que el otoño se anuncia con ese viento fresco, haciendo de septiembre y de octubre los meses más agradables, más límpidos, mas hermosos del año en el altiplano. Y sin embargo, todo lo demás permanece igual y al mismo tiempo diferente. Mi percepción sobre la naturaleza no es bastante para explicarme porqué aquel sentimiento extraño, insólito...no se va.

Quisiera ser una estación vacía, lo mismo si del año en su cíclo interminable, o una olvidada y ausente de viajeros. Quisiera simplemente que el viento despejara mi memoria y todos me dieran por muerto, como si jamás hubiese existido. Quisiera tantas cosas imposibles sin las cuales la vida es tan sólo un pasar de días, de horas, de minutos...de segundos.

Y junto con no sé cuántos millones como yo habitando este diminuto espacio llamado Tierra haciéndonos la misma pregunta: ¿hasta cuándo?...

Mientras todo transcurre siguiendo su orden, mi corazón y mi alma, antes dormidos, sobresaltados presienten un agitado y estremecedor invierno al que sin embargo no temen y es ese precisamente el motivo de su sobresalto. Al contrario. Lo esperan con creciente ansia, como si adivinaran que será el último, pero el más hermoso...

En el quicio de mi ventana, mirando al mar, he dejado un mensaje para ti, por si no te vuelvo a ver, y mi amigo el árbol me ha dicho que te contará del amor que siempre te guardé. Sé que vienes de muy lejos. Te siento desde que nací y aún desde antes, porque allá en no sé qué siglo tu alma y la mía se encontraron. Fue sólo un instante, suficiente para tener siempre vívido su halo.

Ahora ha llovido. El paisaje se viste todavía de gris y mi memoria se remonta a tu mirada, nunca esquiva, siempre inquisitiva. Me pregunta si te amo en verdad o todo ha sido una ensoñación maravillosa y plena de misterio. Miro hacia otro lado porque la respuesta no la tengo yo...

miércoles, agosto 22, 2007

EL ESCONDITE

Me acurruqué en el fondo
de mí, como aquel niño
que al escondite juega...
Los otros me llamaban, y me vino
un ansia ingobernable
de perderme en mi mismo,
perderme para siempre...

¡Qué imprecisos
siento los pasos de los que me buscan
y oigo sus gritos!...

martes, agosto 21, 2007

LA OFERTA DEL MAR

El mar hace poco me brindó la muerte
y yo acepté la dádiva.

En la hora azul en que la vida
hace sonar su cascabel de plata,
en que el potro salvaje del deseo,
ansioso de correr, el freno tasca,
en que cada sentido se enloquece,
en que todo palpita y todo canta...

Era un golfo del sur...(Verdad, amigo,
que oíste como yo crujir las tablas
de la ruina flotante, que fingía
ir esquivando con su loca danza
los martillos lunáticos del viento
sobre el cómplice yunque de las aguas?
¿Verdad, sombras cómplices, almas perdidas,
que al enigma de estrellas ignoradas
perdísteis la señal de mi destino
frente a la impavidez de la montaña?...)

El mar entonces me ofreció la muerte,
y yo le dije:
¡Dámela,
oh mar de las tragedias silenciosas
que ilustras de secreto lo que guardas!
Muera yo en ti sin muecas de agonía;
quiero que en tus entrañas
sea mi carne comunión de peces
y no festín de larvas.
Quiero que viole el hambre de tus monstruos
mi tumba de madréporas rosadas,
allá muy hondo, donde nunca llegan
náufraga voz ni trueno de borrasca.
Unirme a ti como en solemne espera
-fundidos tu verdor y mi esperanza-
mientras llega la hora
en que suene el grito de la montaña
que desgarre el silencio del abismo,
dividida en dos tu esmeraldina lágrima
y salgan todos los que en ti durmieron
ya limpio el cuerpo y redimida el alma,
como banda de pájaros marinos
que cubre el horizonte con sus alas...

No quiso el mar, y retiró su oferta...
Calmóse el viento y regresé a la playa
a vivir entre los hombres
el hondo tedio de un futuro insomne,
a esperar una muerte que no tiene
el glorioso prestigio de las aguas,
en el viaje proceloso y lento
poblado de amargura y de fantasmas
en que ya tú no más, última amiga,
coronada de tristezas me acompañas...

(No olvides, mar infiel, que me ofreciste
la muerte un día...y acepté la dádiva).

domingo, agosto 19, 2007

PESADILLA

Desde hace algún tiempo me persigue cruelmente una infáme y terrible pesadilla. Varias noches, en cuanto empiezo a conciliar el sueño, aparece la misma gente en un espacio y momento que sé no son míos, y sin embargo ahí estoy yo, temeroso, ansioso.

No sé cuándo empezó. Creo que hace un par de años. Fui al médico y dijo que era normal, que el estress, que la vida moderna, bla, bla, bla.

De todos modos quisiera volver a mi mundo. Lo extraño inmensamente. Hoy simplemente soy un paria. Vago en un desierto sin nombre, con gente sin nombre y un destino incierto. Llegué aqui sin saber cómo. Un día bajé de un taxi y al hacerlo, en lugar de calle encontré un resbaladizo e inseguro tobogán por el que me sigo deslizando. En la caída he encontrado de todo y no quiero entrar en detalles. Sólo espero no tocar fondo y por eso...cada segundo mi desesperación crece y se vuelve tortura.

De todo lo que en esa pesadilla no he olvidado resalta algo...pueril en apariencia: uno, dos, tres, cincuenta sujetos sin rostro peguntaron mi edad, como si ese dato fuera a ser un salvoconducto para lograr un anclaje temporal o evitar el precipicio. Y les mentí. Mi instinto de supervivencia y un dolor antiguo me hicieron reaccionar. Volvieron a preguntar: "40" respondí, creyendo que el tinte cano recién aplicado podría ayudarme. "No me jodas", dijo uno de ellos mientras se volvía para abofetearme. "Dime la neta". "Tengo 25", agregué, sin poder dominar mis temblores e intentando con la verdad abrir un resquicio.

Fingiendo sorpresa se miraban unos a otros antes de decir palabra. El placer que mi situación de postración absoluta les provocaba iba creciendo. "Entonces estás en la edad precisa, aunque tu cansancio te exhiba como un guiñapo. ¡Felicidades!, ja, ja, ja, ja, ja. Aquí sabrás lo que es la verdadera vida".

Luego sentí un fuerte golpe en la espalda que me hizo caer de nuevo en aquel horrendo túnel...para seguir rodando. Mientras lo hacía...no cesaba de preguntarme, entre golpe y fractura, ¿qué es esto?...¿hasta cuándo?...¿por qué?...Y mi niñez, dónde está?...

Cuando creo que he despertado, entre llanto y angustia me miro al espejo y descubro que no se ya dónde estoy, si aún en mi pesadilla o en realidad es mi vida la que vertiginosamente va hacía el vacío. Me invade de pronto una irrefrenable ansiedad por averiguarlo sin importar si al hacerlo me encuentre hasta con el más allá...Sin duda la muerte será un bálsamo...

miércoles, agosto 15, 2007

EL CISNE


Bajaste hasta mi estanque

y en el remanso azul

de su agua clara,

clavaste tu destino

turbio y aventurero.


Tu mirada distraída

y errante

se detuvo un momento

en la pueril blancura

de mis dormidos lotos.


Venías cansado y mustio

del agitado vuelo

y anhelaste el remanso.


Luego, cuando ya amanecía,

cuando la vieja luna

cansada de su ronda

arrojaba su bostezo final

sobre mi agua,

cuando cobraste fuerzas,

con hiriente dominio

me arrancaste tu destino

con vigoroso aleteo,

ante el pálido asombro

de mi quieta mirada adormecida.

lunes, agosto 13, 2007

QUISIERA SER EL MAR


Quisiera ser el mar
valiente, eterno.
Tremolar mi llanto
en un supremo arrullo,
y adormecer la tarde
en mi regazo sin nostalgia
de amor y de ilusiones.

Ser undívago y amplio,
no tener asidero,
no saber de verdades ni de mentiras.

¡Ser solamente mar,
mar solamente¡
con espasmos de luna
en las entrañas,
y ráfagas de estrellas en la frente...

viernes, agosto 10, 2007

ADIOS

Voy a decirte adiós,
mas no te extrañes,
la vida es un adiós
trágico...infinito...

Tomamos todo
y todo lo dejamos
por nada...
porque así somos...
porque somos fugaces,
matices de un ocaso
que se va suavemente
con su débil sabor intrascendente.

Porque el viento nos lleva
como briznas de angustia
que no esperan descanso,
que nunca dejan huella,
que no tienen arraigo.

Porque el alma es inquieta,
enamorada audaz de lo infinito.

domingo, agosto 05, 2007

TLALLALMENTHI

El guía se detuvo ante aquella oquedad, se santiguó y volvió por donde vino, pero antes me dijo que si quería encontrar lo que buscaba tendría que llegar hasta el fondo y sin ataduras. Con temor e incertidumbre entré ignorando si lograría salir, pero mi necesidad de saber, de averiguar era infinita.

Miré con detenimiento el entorno, los bordes, tan angostos que sólo permitían el paso de una persona a la vez, y luego la oscuridad impresionante que todo lo envolvía. Pudo más la angustia por colmar mi inquietud que el miedo y me lancé en esa loca y absurda aventura sin retorno por recuperar lo más valioso, lo más sagrado, lo único importante que en verdad no supe cuándo me fue arrebatado. Lo decidí porque unos días antes conocí a alguien, un niño ajeno a mi, quien moribundo en las calles me señaló al oriente para recuperarlo y balbuceó un nombre: Tlallalmenthi. Jamás lo había escuchado ni entendí en ese momento lo que significaba ni lo que él quiso transmitirme, pero en ese instante sobrevino un nudo en la garganta que no podía sacar y una angustia por saber.

Averigué aquí y allá y fue así que llegué hasta la caverna. Tlallalmenthi...

Inicié mi camino entre rocas, un camino resbaladizo que nadie o muy pocos habían hollado, sólo acompañado de mi espíritu y mi alma. Tenía conmigo ese recuerdo que iba a buscar. Era un acicate, un impulso vigoroso e irrenunciable que a cada paso me hacía ir con más fuerza hacia delante. Era, en verdad, una obsesión, lo reconozco, pero por eso no me importaba que mi vida quedara allí.

Al recorrer aquel lugar, ora estrecho, ora inmenso, fui pasando cada una de las etapas de mi vida. Amores perdidos, derrotas implacables, mentiras y errores que habían marcado mi derrotero. Ante cada una, las lágrimas brotaron y un dolor inaguantable se apoderaba de mi, haciendo de mi viaje el más triste de cuantos recordaba. Pero sin saber cómo, aunque sí porqué, seguí adelante. ¿Y dónde están los triunfos, los besos, los aciertos?...grité a las paredes, encontrando por respuesta el eco de mi voz. ¿En dónde?...

Suplicante, lleno de sollozos y de amarga desolación, seguí mi ruta. Pasé por salas que al iluminarlas con mi pobre luz, dejaron ver sin embargo la riqueza de aquella cueva, que brillaba en amatistas y bermellones. Pero no eran joyas ni monedas, no. Colgaban de aquellas paredes las sonrisas y las burlas, las máscaras que relucientes habían sido vistas por mi durante toda mi vida. Cómo las desprecio!

No me di cuenta en qué momento mis pies, mis manos empezaron a sangrar. Los filosos bordes y las ásperas rocas habían hecho su trabajo. También mi rostro estaba marcado ya por las heridas...pero quería seguir y además regresar, sería peor. Igual, mi ropa, raída y sucia, fue quedando en el camino, hasta encontrarme desnudo, completamente desnudo a merced de insectos que por millones succionaban mi cuerpo. Pero no quería darme por vencido. ¡NO! El tesoro más grande debía encontrarlo.

No sé cuánto tiempo pasó. Quizá semanas. Casi arrastrándome pude llegar a una saliente donde el brillo de una luz natural me hizo renovar mi lucha. Me incorporé en el promontorio sólo para perder el equilibrio y rodar golpeándome violentamente hasta la salida. Por fin¡

Ahí encontré un divino paisaje, pleno de bosques, de humedad, de flores. Un río cantaba cerca con alegría y una mariposa de mil colores se posó en mi hombro adolorido. Cuando pude afinar mi vista aún más, miré al cielo y un grupo de gaviotas iba surcándolo...todo era paz, todo era paz.

Niñez mía, porqué te escondiste todo este tiempo?...porqué tu silencio que me descorazonaba?...porqué me habías abandonado, si siempre fuiste mi mayor tesoro?...







viernes, julio 27, 2007

FINALE



El telón cayó y ningún espectador aplaudió. Petrificados, miraban atónitos aún la parte final del gran final de la escena final. La extraña e inusual obra que acababan de atestiguar, sin costo alguno por supuesto, había penetrado hasta lo más íntimo y profundo de ellos por todos los poros de su piel, por la mente, el corazón y el espíritu. De hecho, algunos no resistieron la necesidad de llorar; otros no podían ponerse en pie debido a la náusea. Pero los del fondo pedían más, esperaban más y necesitaban más, crueles y enfermos como son.

Yo, sin proponérmelo pero llevado por ti, me convertí de la noche a la mañana, -de la noche a la mañana-, en actor improvisado de ese drama que se inició festivamente y hasta con tintes poéticos, sin imaginar en dónde ni cómo habría de terminar.

Realmente no recuerdo cuándo fue que subí a escena, y no lo recuerdo por el simple hecho de que antes de conocerte no quería ni había pensado en ser actor. En cambio tu vida había girado y creo que seguirá girando en torno del espectáculo, por más deprimente que pueda llegar a ser. Al fin y al cabo, dijiste, la vida es una tragicomedia. Porqué no empezar a ensayar desde ahora?

Es triste, no más, sentirse utilizado. Y digo que no más porque de alguna manera, sin quererlo me has puesto a prueba y siento mayor fortaleza. Tu actuación, magistral como todas las demás, ha dejado perplejos a todos menos a mí, aunque reconozco que cuando removiste un poco de tu alma la máscara, un escalofrío recorrió como relámpago todo mi ser. Lo notaste y lo disfrutaste. No fue la primera vez, pero a aquella no le di importancia.
De momento me sentí sorprendido, sobre todo por tu frialdad, pero inmediatamente una sucesión de hechos entre nosotros vinieron a mí como en cámara lenta y haciendo memoria coloqué cada uno en un inmenso rompecabezas imaginario para descubrir que desde la primera palabra que me dirigiste todo, absolutamente todo, estuvo calculado milimétricamente. Así que, repuesto de esa primera impresión...seguí con atención tus palabras, tus gestos, los movimientos de tu cuerpo. Las cosas iban poco a poco por sí solas tomando su lugar, encontrando su espacio, hoyando sus huellas. Brotaba con naturalidad una elocuente explicación respecto de esta parodia que hoy toca a su fin.

Mira, mira las reacciones entre el público, entre éste público que no pagó entradas y que aún ignoro si disfrutó, si gozó, si terminó asqueado o qué?...

Ha sido, lo acepto, una escena barata. Una obrita de quinta. No por tu gracia y desenvoltura, sino por el argumento, deleznable, pero como muchos de los espectadores, yo no caí en cuenta sino hasta el final. ¡Grand finale!...Ellos, la mayoría, deseaban sin embargo un cierre truculento, escabroso, doloroso, angustioso...como los de todo ese tipo de tramas, mas no fue así.

Al salir del teatro no lo hicimos por la puerta de atrás, a pesar de la ausencia de palmas. Las luces fueron apagándose lenta y discretamente hasta dejar todo en penumbras. Hice a un lado el telón y bajamos juntos los cuatro o cinco peldaños hacia el pasillo lateral. Aparentemente nadie advirtió cuando llegamos a la puerta, donde cada quien tomaría su camino. Te dije adiós asumiendo que nada había pasado porque de hecho nada había pasado. Sólo el uso que me diste durante un tiempo y nada más. Eso...a final de cuentas, nada significa. Nisiquiera un recuerdo. El tiempo todo lo borra. Ya lo verás.

Me disponía a dar media vuelta para dejar todo atrás, cuando se me acercó un hombre cubierto con un sombrero negro. No podía ver sus facciones pero creí reconocer su voz cuando me dijo: Lo siento por ti, que sigues siendo un soñador. Un destello de luna iluminó su cara cuando le respondí directo: No lo sientas tanto. Me estoy acostumbrando...me estoy acostumbrando.

Quizá eso explique porqué no siento dolor.

jueves, julio 26, 2007

SPHINX


Mientras que confundidas nuestras sombras en una,
vamos, bajo el doliente amparo de la luna,
por aquellos parajes donde tu alma y la mía
han llorado sus duelos en noble compañía;
mientras en un ambiente de soledad nostálgica
dices "yo soy la amada y tú eres el poeta",
y sientes que buscándose por caminos diversos
revuelan tus suspiros por donde van mis versos,
me clavas fijamente tus pupilas extrañas
y me ofreces en ellas tu espíritu...Te engañas;
mil veces has querido, por esta misma senda,
renovar en tus ojos la espiritual ofrenda;
mil veces en mi seno la pavorosa duda
interrogó; mil veces la esfinge quedó muda.

El alma, sola, tenebrosa y ambigua,
se esconde y se escabulle; es como un arca antigua
forjada en los talleres del misterio; quién sabe
en qué lejanos tiempos se ha perdido la llave;
quién sabe a dónde ha ido a parar; en el mundo
nadie aclaró del alma el enigma profundo.

Nuestros cuerpos amantes se fundirán en una
caricia que protege el claror de la luna;
nuestros ojos sedientos se buscarán en vano...
¡Serán siempre un arcano enfrente de otro arcano!
La ingenuidad se esquiva por sendas engañosas
y un antifaz encubre las almas y las cosas.

Yo, como tú, pretendo allegarme a la vida
con un amor sin límites; penetrar la escondida
entraña de los seres; quebrantar el obstáculo
que oculta a nuestros ojos el divino espectáculo
de la verdad augusta...Y es inútil empeño;
siempre estarán distantes la vida y nuestro sueño.
Tus ojos que me besan y tu voz que me nombra
no podrán ofrecerme sino la vana sombra
de un alma que tú misma desconoces; y un día
sabrás que no soy tuyo ni puedes ser mía.
Tras anhelo imposible, nuestras almas errantes
se verán desde lejos como dos caminantes.

En su vaivén eterno, juegan al escondite
las almas de los hombres; y la vida permite
apenas que la luna, en su piedad secreta,
haga de nuestras almas una misma silueta...

miércoles, julio 18, 2007

EL ESPIA


Para PK

El silencio
me sigue los pasos
y embota los ecos...

Atisba desde los armarios
entreabiertos;
se acurruca, se esconde y me espía
desde los rincones de mis aposentos.
Es sombra del ruido:
si éste cae a plomo sobre mi cerebro,
se refugia el silencio debajo
de mis pies trémulos.

Él quisiera acallar el tumulto
de mi corazón en el lecho,
cuando los insomnios y las pesadillas
no paran en su bailoteo;
y como no puede,
se queda contento
con hacer más largas las pausas
del corazón terco
y sumar latido a latido
-cada vez más sordos, más lentos-
auscultando el cuadrante fosfóreo
del reloj del tiempo...

Hasta que algún día la cuenta se embrolle
y se acabe el cuento.

martes, julio 17, 2007

LUNA MATERNA


Deja caer la noche sus dos alas cansadas,
y tú, corazón mío, tiemblas y te arrebujas
cual niño que en su lecho de cortinas cerradas
pávidamente sueña con relatos de brujas.

Eres niñez insomne en cuna de tinieblas.
Preludia tu garganta el angustioso grito
que no sonará nunca, y tu vida repueblas
con los viejos pavores de un misterio infinito.

El toldo de la noche se perfora con una
ráfaga repentina...Pálida e ilusoria,
a tu sueño de espantos se ha asomado la luna
como una buena madre,con una palmatoria
en la mano, que aparta los velos de la cuna.

sábado, julio 14, 2007

MENSAJE ANDINO


Para Jeni

Sobre la cordillera
pasa el temblor de un ala mensajera...

Dentro del pecho sollozante dura
la materna visión que se depura;
el ansia crece y el amor se inflama,
y en el prócer milagro de la altura
el deseo se enciende voraz como una llama.

Sobre la cordillera
el sol de mis montañas reverbera...

Hay dos picos hermanos
el el azul enhiestos y lejanos,
allá en el valle que dejé prendida
la mitad de mi ser con la partida...
Las andinas vislumbres
me parecen reflejos de aquellas nobles cumbres,
y en la memoria santa
de familiares cimas, el alma vuela y canta.

Sobre la cordillera
hay una resonancia lastimera...

Montañas que supisteis, en las trágicas horas,
como las cumbres mías, de sangrientas auroras;
que juntasteis en un proceloso destino
el giro de los cóndores con el vuelo aquilino:
erguios y mostradme en los claros espejos
de nieve mis volcanes, que han quedado tan lejos.
Cámbiense vuestras frondas en piadoso ventalle
que me brinde perfumes de mis brisas del valle...

O ved hacia mi costa que dora el reverbero
del sol, la de crepúsculos de grana y amatista
en que el maizal greñudo crece a la simple vista
mientras se orea el llanto del último aguacero.
La de los secos cauces cruzados a pie enjuto
y que la lluvia trueca en ríos bullidores
cuya corriente esparce repentinos frescores
donde imperó el bochorno como rey absoluto...
¡Oh mis montes azules que divisan dos mares!
¡Oh mis tardes costeñas y mis viejos palmares!...

Al formidable grito
del corazón responde un silencio infinito;
mas en la cordillera
pasa el temblor de un ala mensajera.

martes, julio 10, 2007

CONTIGO

A Nico, con una gota de miel...hasta Chile

Ella ronda nuestro entorno desde que somos concebidos, dije a un amigo, a dos amigos, a tres amigos afligidos por una gran pérdida. Mis palabras quizá sonaron huecas, lejanas, pero es que en mi país, aunque nos duela, aunque sintamos morir con quien ha muerto, a la vez nos reímos, nos burlamos de la huesuda, de la parca, porque así tal vez el infinito dolor se haga menos hondo.

A mi, como en otras ocasiones les he dicho, me ha coqueteado y lo sigue haciendo cada vez que quiere. De hecho, aún no sé porqué no me ha llevado. Escabullirme no es posible, aunque lo he pensado muchísimas veces. Hace tiempo, cuando el avión en el que viajaba sufrió un espantoso accidente donde perecieron decenas, yo no sé cómo seguí con vida, sin un rasguño. O esa otra, en la que el automovil voló hacia el precipicio. Yo conducía. Pero no quiero hablar de mi, sino de ti.

Estando tú y yo tan lejos, -medio continente nos separa-, ayer y hoy me he sentido tan cerca de ti. Tu dolor, reflejado en mis pupilas ignoro porqué tan profundamente, me ha llevado a dejar con el alma indelebles en mi blog estas líneas que quieren ser en la tormenta, asidero, puente, mano que tiendo con suavidad hacia el que llora, llevando un pañuelo blanco para recoger una a una tantas lágrimas vertidas con amor por quien se ha ido, y hacer con ellas un recuerdo imborrable que refleje siempre su presencia.

Tu llanto me ha recordado al mío y es así que me explico tal sentimiento hacia quien no conozco sino por sus letras, cuando habló de mi casa con tanto afecto y alegría como para llevarle luz y un viento fresco.

Entonces, tu llanto se ha confundido con el mío. Acaso mi pileta, ¿la recuerdas?, podrá llenarse ahora de flores con él, y no sólo de moho. Porque en verdad te digo que tus lágrimas no han caído al vacío. Significan para ella, Irenita, un homenaje de amor, de ternura, de agradecimiento, de admiración y de inolvidable paso junto a ti.

Déjala ir. Déjala caminar en paz por el sendero de álamos que todos habremos de recorrer y, llegado el reencuentro, tu alma se llenará de un gozo indescriptible que hoy no alcanzas a vislumbrar.

Tu llanto y el mío se han fundido. No sé porqué...ha sido así. Me siento tan cerca que casi puedo sentirte. Algún día quizá pueda explicarlo. Pero estoy ahí, contigo, en la distancia.

Al señalar con el índice el horizonte, mi corazón ha podido tocar el tuyo por un instante, y desde mi atalaya doy un paso hasta alcanzarte con un abrazo largo; tan largo que en mi regazo puedes quedarte si eso te reconforta.

De algún modo, ella ha entrado a mi casa. Me ha mostrado el camino hasta ti. Es por eso que estoy ahí. Pondré, lo prometo, un nomeolvides recién cortado en lo alto de mi chimenea en su honor y aguardaré el momento en que me digas que has vuelto a sonreír...

domingo, julio 08, 2007

EL FARO DE GONZAGA

Porque sí he venido a escribir para ti. Hace tanto tiempo que te busco, que te añoro...y no has aparecido. Ni una señal. Ni un santo y seña capaz de orientar mi barca. Meses ha entre la bruma alcancé por primera vez a divisar la luz del faro, pero enseguida negros nubarrones lo ocultaron y a pesar de mis mensajes no responde. Será éste mi último llamado?...

Lo vi tiempo después por un instante y entre la tormenta intenté orientación. Utilicé todos los instrumentos y mi pobre conocimiento. Fue otra vez inútil pero me he aferrado a una esperanza que por desgracia ya se apaga.

Hoy me pareció verte y reclamo a mi desolación el que juegue tan cruelmente con ese sentimiento, pero a la vez se lo agradezco porque en la aparición renace de nuevo mi deseo por descubrirte. Recorro los confines de ese lugar, doy media vuelta y vuelvo a rodear, hoy, mañana y hasta cuándo?

Y mientras la pequeña e intermitente luz de mi vida siga encendida, créeme, mi barca seguirá esperando el momento en que tú, con esa melena alborotada, tus alpargatas cafés y tu eterna actitud interrogante, la abordes y nos lleve juntos a otro lugar.

sábado, junio 30, 2007

MI CASA

Para entrar a mi casa debes andar el sendero que lleno de álamos te acompañará hasta aqui. Mi invitación la hice, ¿recuerdas?, hace ya muchas lunas. No esperes sorpresas, ni buenas ni malas. Estoy cansado de ellas. De hecho, estoy cansado de todo.

Si decides venir al mediodía y en verano, una jarra con agua de arándanos te estará esperando. Sé que el camino es largo. Y si fuera en invierno y con el crepúsculo, dejaré mi lámpara encendida por si ya no me encuentras. Si no estuviera, no lo tomes como desatención ni indeferencia. Será tan sólo que salí por algo inevitable y urgente, quizá para no volver.

Mi casa no tiene grandes espacios ni enormes escaleras que comunicaran hacia un sinfín de habitaciones. Es una acogedora y pequeña cabaña junto al mar, que en otoño no sé porqué en lugar de entristecer, sonríe. Las magnolias, las gardenias, los crisantemos y los nomeolvides que sembré entornando la vereda, hacia el acantilado, han sido tan leales y resistentes. Ahí están, vigorosos, firmes. Son como espectadores eternos, -al igual que mi barca, mis rocas y mis comejenes-, de un oleaje incesante que amoroso y a veces no tanto, llega hasta aquí para fundirse con la playa y el risco.

Mi casa está llena de luz, de ventanas. Amo las ventanas. Sus marcos, sus biceles, sus goznes, su chirriar. De entre todas, mi preferida, claro, es la que mira al mar. No es enorme ni graciosa, sino más bien severa y nisiquiera grande, pero ante ella he visto pasar alegrías y tristezas, rostros reales e imaginarios, paisajes turbulentos y pacíficos, momentos de dolor y de llanto y alguno que otro de sonrisas, nunca de carcajadas ni de estridencias, porque la nostalgia y la bruma siempre la rodean. Los pocos que han venido dicen que debería llamarla "aburrida". A mi me parece sensacional así...tal como está. Ella y yo esperamos por quien ha de alegrarla, de darle vida, de darle brillo, pero si no viniera; si jamás transitara mi sendero de álamos, ella y yo nos acompañamos y entendemos, como hasta ahora.

En el jardin hay una pileta. De tanto llorar ha nacido en ella un moho que no puedo ni quiero remover. En mis tardes más tristes, doy la espalda al océano y cambio de paisaje. Vengo a este húmedo y frío jardin para mirar su entorno, lleno de vegetación intrincada y espesa, que me rodea apenas me siento en la pequeña banca de cantera gris.

Sí. Es una casa sencilla, hermosamente solitaria. Siempre lo ha sido y jamás, jamás me ha molestado. Sin embargo, con alguien me hubiera gustado compartirla. Lo he hecho a ratos, pero...son gentes que van y vienen. Al final, cada vez, no han apreciado su belleza ni exterior ni interior. Piensan y sueñan con un mundo que no es éste. Se han ido, muchas para no volver. Prefieren el ruido, el aplauso, las candilejas. Otras, de vez en cuando preguntan si aún existe, pero sólo es una pregunta curiosa, para no dejar.

Yo, cada vez, cierro la puerta y doy los mismos pasos hacia el risco. Miro de nuevo el horizonte y me pregunto si aún habrá tiempo...

domingo, junio 24, 2007

MADAGASCAR

Adoro ese parque en Madagascar. Los niños que han llegado desde el continente, llorosos y hambrientos, huérfanos, encuentran en él algo más que solaz. No escuchan el tableteo de las metralletas ni observan cómo mueren otros niños. Cada vez van dejando atrás el miedo y la angustia. Sin embargo, me asaltan un millón de dudas. Una en especial: Lograrán ser adultos?...y si eso es así...qué tipo de adultos serán?

Planeaba estar en la isla por dos meses que se hicieron seis. De ellos, cuatro los dediqué a apoyar los desembarcos. Pasábamos 12 0 13 horas destinadas a la atención de aquellos pequeños, quienes llegaban total y brutalmente maltratados, humillados. En toda mi vida recuerdo haber visto y sentido algo más aterrador. El trabajo que deberá hacerse para rescatar sus mentes será aún más difícil, casi imposible. De hecho, aunque el esfuerzo, el profesionalismo y hasta el amor de muchos que yo llamo "soldados para la vida", es inmenso, nunca será bastante.

Los otros dos me fui a tratar de sanar mis propias heridas viajando por todo el país. El esmeralda extraordinario de la isla malgache, sus interminables y bellísimas playas lo mismo en el Índico que en el paso hacia África, y me detuve un poco más en el norte. Tenía que llorar. Tenía que gritar a solas mi desesperación por la interminable matanza de unos contra otros. Cuándo, dónde, porqué nos olvidamos de que somos hermanos?...

Y fue entonces que al caminar descalzo en una de aquellas playas...volví a darme cuenta de que yo no era sino uno más entre todos esos granos de arena...

jueves, junio 21, 2007

EL CORAL

Como la marea se retira de la playa,
suave, imperceptiblemente,
así, sin sentirlo, me iré de ti
sin dejar huella ni sentimiento...

y cuando al anochecer te inspire
mi recuerdo, asoma a la ventana,
escucharás rodar las arenas
en pos del mar...

la brisa, como un murmullo, como
un susurro, acariciara
tus labios otra vez, amor mío,
y sabrás que estoy pensando en ti.

Mas si el deseo transformara
tu nostalgia en pasión,
besa el coral que aquel día te regalé...
y mi húmeda presencia volverás a vivir.

martes, junio 19, 2007

PARADIS

Mirábamos la lejanía cuando, señalando con el índice, me preguntó: ¿el paraíso y el mar se unen allá?...

Antes de responder, observé detenidamente cómo el viento hacía volar su pelo y la blusa, inmaculadamente blanca, como bandera de esperanza. Era su sonrisa perfecta y los ojos, los ojos parecían un auténtico reflejo del azul purísimo que yo adivinaba. Junto a ese risco y el amanecer que nos envolvía, me detuve unos instantes que quise inolvidables para tomar su mano, volver mi vista también hacia aquella indescifrable distancia y dije: "el paraíso y el mar han nacido al mismo tiempo y se unen desde siempre en todas partes. No podríamos, aunque quisiéramos, abarcar ni con la mirada ni con el pensamiento ni con el corazón lo que han sido y significan para cada uno, para ti o para mi".

Volvió el rostro y su mirada viajó sin reticencias ni dudas hasta mis pupilas. Se detuvo por unos segundos y entonces agregué: "pero el paraíso más hermoso que yo he conocido, el que ha invadido a mi espíritu de paz y de quietud, de ilusión y de alegría, está en ti, en tus ojos. No sólo por su hermoso azul, sino sobre todo porque reflejan la bondad de tu alma, la transparencia de tu ser, la enorme e increible faz de tu inocencia. Este cielo se une con aquel y luego con el mar formando un universo que quisiera sólo para mi, pero...sé que es otra de mis quimeras, lo sé...". Iba a seguir cuando en un gesto de delicadeza inesperado, suavemente se acercó y con dulzura sus labios me lo impidieron. En ese momento y sólo en ese momento, comprendí que en verdad había empezado a sentir el paraíso.

Enmudecido y con toda la emoción de aquel momento único, hundí mis dedos entre su cabellera, nos fundimos en un abrazo y luego, de nuevo puesta la mirada en el infinito, dimos juntos sin miedo el paso hacia donde su índice había apuntado. Jamás, jamás sentí tanta calma ni convicción. Nunca tanto amor. Aquella mirada y un beso, bastaron para emprender el camino..

domingo, junio 17, 2007

TE QUIERO

Como sea, te quiero...
sin largas meditaciones ni
filosofías. Sin explicaciones,
sin pretextos.

Te quiero porque...no lo sé,
simplemente te quiero...aunque
el mundo salga de su eje y el mío
termine destrozado.

Te quiero al anochecer, cuando
sólo las luciérnagas iluminan
mi vida, cuando...
todo queda en silencio.

Te quiero al amanecer, si el mar
brama, o besa las arenas.
Te quiero así, mansamente o
con locura...te quiero.

Y si algún día sientes que
no te quiero...es porque eso
quiero...pensar que no te quiero,
y morir...

martes, junio 12, 2007

Y AHORA?

Había sido una parranda de antología. Creo que pasaron no sé si tres días y tres noches. Recién despertaba y esa no era mi habitación, ni mi casa, ni mi ambiente, ni recordaba a la gente que ahí aún dormía. Con dificultad me incorporé y sólo entonces me percaté de que me encontraba desnudo, así que envuelto en una sábana intenté reconocer algo o a alguien. Era un cuarto inmenso, como un salón, amoblado con buen gusto aunque demasiado cargado de colores y de objetos. Sillas bajas, chez longes, echaderos, mesas al ras, todo ocupado por hombres y mujeres en los que al igual que en mi, se reflejaban los estragos del día anterior...del día anterior.

Desde un rincón, aposentado en una media cama y mirando todo aquel grotesco escenario, encendí un cigarrillo e hice un esfuerzo para intentar recordar cómo y porqué llegué hasta aquí.

Sí. Entré a ese antro cerca de la medianoche. Había un ambiente electrizante e intenso. Los cuerpos chocaban entre sí sin orden ni forma, sudorosos, jadeantes, ansiosos. De inmediato una mano me jaló y estaba ya revuelto entre todos. Alguien me ofreció una copa de no sé qué y me dejé llevar durante un par de horas bailando con no sé quiénes. Exhausto, me acerqué a la barra. Todo daba vueltas frenéticamente y la música no paraba un minuto. La adrenalina empezaba a hacer su efecto. Las miradas, las sonrisas, las señales, los intercambios, los roces se sucedían a cada instante. Aquello era orgiástico. Pedí una cerveza o algo que apagara la sensación de sequedad increible que me dominaba y entonces alguien vino. Estaba tan cerca que las gotas de su sudor caían como filoso acero en mi brazo. "¿Qué onda...no te había visto por aquí. Tu primera vez?"...Le miré directamente a los ojos y ni parpadeó. Su gesto, fingidamente amable y terso, reflejaba interés más allá de lo reconocible por mi. "Sí. Primera vez", respondí en tono cortante. Se acercó aún más y me rozó con un aliento fuertemente alcoholizado. Yo retrocedí instintivamente. "¿Quieres algo más?"...
Solté una bocanada de humo en su rostro y le pareció divertido. "¿Cómo qué?"...
"Nada del otro mundo-agregó, tocando mi mano con suavidad-. Una fiesta. Te invito al "after party". Será en casa de unos amigos...Quisiera que vinieras"...Su insinuación era tan natural, como si lo hiciera todos los días o fuese parte de su personalidad y de su montaje.

"¿Bailas?", dije ya preparándome para que me siguiera y de inmediato nos encontrábamos en un nuevo frenesí enloquecedor en el que nada oía excepto la ensordecedora música electrónica que, al máximo volumen, nos iba transportando a no sé cuáles estadíos espirituales.
De pronto, me tomó de la mano y me llevó a un apartado. Aturdido y sin esperarlo me besó largamente. Me sentí dominado, poseído, subyugado. "Entonces...¿vienes?"



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Acerca de mí

Nací un martes 13 exactamente a las 00.13 y alguien dijo que por eso estaba emparentado con un ángel desalojado del Paraíso. Tal vez...