martes, junio 12, 2007

Y AHORA?

Había sido una parranda de antología. Creo que pasaron no sé si tres días y tres noches. Recién despertaba y esa no era mi habitación, ni mi casa, ni mi ambiente, ni recordaba a la gente que ahí aún dormía. Con dificultad me incorporé y sólo entonces me percaté de que me encontraba desnudo, así que envuelto en una sábana intenté reconocer algo o a alguien. Era un cuarto inmenso, como un salón, amoblado con buen gusto aunque demasiado cargado de colores y de objetos. Sillas bajas, chez longes, echaderos, mesas al ras, todo ocupado por hombres y mujeres en los que al igual que en mi, se reflejaban los estragos del día anterior...del día anterior.

Desde un rincón, aposentado en una media cama y mirando todo aquel grotesco escenario, encendí un cigarrillo e hice un esfuerzo para intentar recordar cómo y porqué llegué hasta aquí.

Sí. Entré a ese antro cerca de la medianoche. Había un ambiente electrizante e intenso. Los cuerpos chocaban entre sí sin orden ni forma, sudorosos, jadeantes, ansiosos. De inmediato una mano me jaló y estaba ya revuelto entre todos. Alguien me ofreció una copa de no sé qué y me dejé llevar durante un par de horas bailando con no sé quiénes. Exhausto, me acerqué a la barra. Todo daba vueltas frenéticamente y la música no paraba un minuto. La adrenalina empezaba a hacer su efecto. Las miradas, las sonrisas, las señales, los intercambios, los roces se sucedían a cada instante. Aquello era orgiástico. Pedí una cerveza o algo que apagara la sensación de sequedad increible que me dominaba y entonces alguien vino. Estaba tan cerca que las gotas de su sudor caían como filoso acero en mi brazo. "¿Qué onda...no te había visto por aquí. Tu primera vez?"...Le miré directamente a los ojos y ni parpadeó. Su gesto, fingidamente amable y terso, reflejaba interés más allá de lo reconocible por mi. "Sí. Primera vez", respondí en tono cortante. Se acercó aún más y me rozó con un aliento fuertemente alcoholizado. Yo retrocedí instintivamente. "¿Quieres algo más?"...
Solté una bocanada de humo en su rostro y le pareció divertido. "¿Cómo qué?"...
"Nada del otro mundo-agregó, tocando mi mano con suavidad-. Una fiesta. Te invito al "after party". Será en casa de unos amigos...Quisiera que vinieras"...Su insinuación era tan natural, como si lo hiciera todos los días o fuese parte de su personalidad y de su montaje.

"¿Bailas?", dije ya preparándome para que me siguiera y de inmediato nos encontrábamos en un nuevo frenesí enloquecedor en el que nada oía excepto la ensordecedora música electrónica que, al máximo volumen, nos iba transportando a no sé cuáles estadíos espirituales.
De pronto, me tomó de la mano y me llevó a un apartado. Aturdido y sin esperarlo me besó largamente. Me sentí dominado, poseído, subyugado. "Entonces...¿vienes?"


7 comentarios:

Natalia Cariaga dijo...

Jajajaj
¿disfrutaste engañándonos a todos con ese final cuando debió haber sido el comienzo?
me gustó esto.

pd: No se dónde habrás sacado que era de santiago (de otra a la que confundiste conmigo al parecer :P),
yo vengo y permanezco en la mejor tierra: Valparaíso, por supuesto.
Ahí están los ascensores y las escaleras laaargas donde me enseñarías a bailar.

Natalia Cariaga dijo...

Ahh.. se me olvidaba
y ese comienzo... de los mejores que he leído.
:)

Jenipher dijo...

Errante mío... amigo...

Me dejas muy... muuuy... no sé, yo que tú me habría salido corriendo, me dan miedo esas situaciones, más parecidas de un ambiente infernal... (¿no viste si traía consigo un tridente?)... No sé si es la forma en que lo cuentas, pero me dio un poco de miedo...

Al contrario de tu amiga NaTaZ, yo no podría caer en un juego así... aunqueee... no sé, la falta de experiencia, quizás lograra que quisiera conocer más, qué hay luego de ese baile, del beso... No sé...

Llámame ignorante, tonta o poco fantasiosa... lo que pasa, es que todo me lo tomo muy en serio...


Te dejo mis cariñosos besos de caramelo, muy dulces para ti, que a veces los necesitas, y unos tantos de manjar y chocolate, como muestra de mis agradecimientos por tus bonitas visitas.
Nos vemos... cariños...

Jenipher dijo...

Errante, me haces sentir muy a gusto y cómoda con las palabras que me dices... con un pequeño color rosa en mis mejillas...

Ahá... 30 años!!! y soy una bruta... tan mujer que me creo para algunas cosas, y para otras, salgo corriendo como una niña de 8 años... son parte de las inconguencias que me rondan a diario, que juegan conmigo...

Eres un niño muy cariñoso, muy caballero... y agradezco, de todo corazón tus palabras, cada visita me saca una sonrisa, y esas llevan tu nombre.

¿Sabes? si hay algo que me gusta, es sentirme protegida, aunque grite que puedo sola y que no necesito a nadie... Las palabras que NO salen de mi boca, son las que más dicen de mi...


Desde esta fría noche de otoño chileno, te envío mis cariños de chocolate y manjar, para endulzar las cálidas noches de primavera en tu colorido y añorado país.
Un beso, Errante...

Jenipher dijo...

Errante...

Eres tan lindo Errante... no es porque estemos casi conversando tipo MSN entre tu blog y el mío, entre entradas nuevas y antiguas, pero entre ésto que me dices, y el comentario que dejaste en su momento, te me haces un niño muy especial, lleno de sentimiento, y con un corazón que vale todo tu peso en oro y más...

Un beso, mi Errante amigo...

El tequila ya está servido...



PD: anteriormente sólo acepté tomar uno contigo, ahora: me lo repito!!!

MAR dijo...

Erranteazul:
Me invitas a la próxima fiesta? Estoy resfriada pero igual me gusto este misterio y el suspenso.
Cariños virulentos.
mar

Jairo dijo...

Y fuiste?


Acerca de mí

Nací un martes 13 exactamente a las 00.13 y alguien dijo que por eso estaba emparentado con un ángel desalojado del Paraíso. Tal vez...