miércoles, abril 29, 2009

DESALIENTO

Qué mudo y cansado estoy,
cansado y solo, muy cierto.
De la tierra, la humedad
hoy atormenta mis pies;
de lo que antes fui
no queda recuerdo alguno.
Por eso no he de pensar
en finas imagenes de espejos,
en mirar la cruz del sur
ni rodar hacia el misterio.

Y así murió mi poema,
dando su rostro al viento,
como a nadie iría a inspirar
emprendió su vuelo lejos:
errante fugó hasta la playa
y no vió sino mar y cielo.

Nube de rara inquietud,
encontró sólo silencio.

lunes, abril 06, 2009

INESPERADAMENTE

Inesperadamente
apareció tu imagen cabal en el espejo.
Creí como antes, como siempre,
desde el remoto origen de mi sueño primario,
que mis dedos, eternamente ansiosos y frustrados
tocarían el lejano litoral de tu pecho,
ofrendándose,
como se toca un cáliz de comunión secreta
sólo a través del duro metal de su custodia.

Te miré desde siempre, como se mira el cielo
detrás de las espesas cortinas de las nubes.
Tu estatura de pino oloroso a verano,
tu frutal elocuencia temblando en el silencio.

A pesar de su prisa solitaria,
no intentaron mis brazos de antiguas orfandades
enlazarse a tu cuello,
porque sabían que la húmeda avidez contenida
se agotaría en el viento,
agonizando sobre el muro impasible.

Y seguí contemplándote
desde mis corredores amorosos del sueño,
hasta el vedado espacio de luna imperturbable.

Pero de pronto tus dedos prodigiosos
descorrieron la transparencia inmóvil
que amurallaba el tacto,
y fue como un oleaje de espumas encendidas
en el río misterioso, bañando nuestra espera.

Lentamente tu imagen, al salir del espejo
se fue haciendo palpable y cálida y sonora
y me llenó los poros de savia interminable
y el corazón de súbitos temblores.

Todo lo que de ti aprendió mi memoria
estancada
en tu orilla de mar y mandarinas,
tan sin saberte, entonces,
ahora es un venero que me inunda la frente
y cerrando los ojos al tiempo y a la ausencia,
dibujo tu cabeza, el color de tu pelo,
la curva de tus cejas,
la alegría de tu boca,
el horizonte abierto que te cabe en los brazos,
el enigma del pecho,
la luz de tu lenguaje
que prendo en mi vigilia
y el sol de tu mirada
que puebla de presagios amantes
mi tristeza.

Acerca de mí

Nací un martes 13 exactamente a las 00.13 y alguien dijo que por eso estaba emparentado con un ángel desalojado del Paraíso. Tal vez...