lunes, marzo 31, 2008

El ESTANQUE

Bajaste hasta mi estanque
y en el remanso azul
de su agua clara,
clavaste tu destino
turbio y aventurero.

Tu mirada distraída
y errante
se detuvo un momento
en la pueril blancura
de mis dormidos lotos.

Venías cansada y mustia
del camino
y anhelaste el remanso.
Luego, cuando ya amanecía,
cuando la vieja luna
cansada de su ronda
arrojaba su bostezo final
sobre mi agua,
cuando cobraste fuerzas,
con hiriente dominio
me arrancaste tu destino
a dos manos,
ante el pálido asombro
de mi quieta mirada
adormecida.

viernes, marzo 28, 2008

PLACIDEZ

Esta noche ha traído un temblor de luceros,
un gris cielo de perla y un octante de luna;
la penumbra es de plata, y se envuelven en una
transparencia indecisa los callados senderos.

En el alma se filtra, por ocultos veneros
de recóndita fuente, una calma oportuna,
y apacienta sus cuitas la contraria fortuna
cual si fuera un rebaño de medrosos corderos.

Resignado el espíritu, no formula un reproche
por el mal ni la muerte; la quietud de la noche
los impulsos refrena y las ansias mitiga;

y la vida se acepta, sin saber si la mansa
placidez en que el pecho se adormece y descansa
es virtud y holocausto, o desdén y fatiga.

jueves, marzo 20, 2008

PK

VAGAN LOS SUEÑOS,



POR HÚMEDO BOSQUE



TU SILUETA VIENE.

viernes, marzo 14, 2008

EL SECRETO

Ya lo ves, pobre ingenua...Fué forzoso que un día
te atrajera a mis lares la fatal melodía
a fundir en un canto tu tristeza y la mía.

Ya no son sólo tuyas las ternezas que lloras
y dolientes ocasos y radiantes auroras
han de hallarnos unidos al correr de las horas.

Cuando tiendo mis alas y mi sueño persigo,
no por ir a otros rumbos de tu ser me desligo;
hay un poco del alma que se queda contigo.

Aunque borre tu imagen el fulgor que me baña
en regiones ignotas, nunca me eres extraña;
tu recuerdo me sigue y mi amor te acompaña.

Mas si el ansia se acrece, si la hoguera se aviva,
y me arrastra a sus cumbres la emoción fugitiva,
la impotencia del vuelo te mantiene cautiva.

No pretendas ilusa trasponer el arcano;
en mis ojos tus ojos y mi mano en tu mano,
concertamos la cita para un mundo lejano.

Es anhelo imposible traspasar el pequeño
y vedado recinto; es inútil empeño
y te llegan mis rimas como en brumas de sueño.

Del simbólico verbo el oculto sentido
no se muestra a tus ojos, y fugaz el sonido
como un ave cansada desfallece en tu oído.

Que la noche y el día te contemplen absorta
en la dulce esperanza que los siglos acorta...
Si no llega el instante de la cita ¿qué importa?

Mas si quiere tu halago profanar mi retiro,
tu caricia impaciente, en fantástico giro,
flotará en los umbrales como vuela un suspiro.

El enigma se esconde y el secreto perdura
a pesar de tu fiebre que en mis labios apura
del amor insaciable la divina tortura.

Cuando muera en tus brazos, y el espíritu inerte
ni a tus besos responda ni a tu voz se despierte,
ha de alzarse el misterio más hostil y más fuerte...
¡Siempre ha sido más hondo que el amor y la muerte!

sábado, marzo 08, 2008

RETORNO

El retorno será
¿No lo adivinas?
Con el alba.

El sueño de una caricia suave
por dos manos sin vida,
de unos pasos sin pies
en la distancia,
del temblor de un perfume
vagando sobre el viento
despertará tu anhelo.

-Entonces llegaré.

No ensayes actitudes
ni trates de acordarte
de frases ya formadas
o caricias ya hechas,
di silabas aisladas
o palabras absurdas,
-es lo mismo-
el sentido no importa a nuestra dicha.

Descansaré mi prisa
entre tus brazos,
mientras el día entrega
en escarlata
su vida y su luz.

jueves, marzo 06, 2008

MEDIA LUNA

Cuando yo tenía 12 años Edwiges Diada me dijo que no, que nunca pusiera un pie en la Media Luna. Yo la miraba atónito y aterrorizado por que su cara no era como las demás caras ni su cuerpo. Ella me hablaba en voz muy baja, como silbando, y me costaba trabajo entenderle. A veces, después de un rato, me desesperaba y quería salir corriendo, pero algo me detenía. Algo o alguien. Algo o Edwiges. Entonces tenía que seguir oyendo esa letanía aunque jamás le había dicho de mi amor por la Media Luna. Luego, al día siguiente, me iba en el camión a la secundaria pero toda la noche me había dado vueltas la idea de cómo y por qué aquella aparición no me dejaba en paz. En dónde, en dónde fue que se ligó a mi vida?

Tendrían que pasar muchos años y pesadillas antes de que pudiera dar el paso. La decisión estaba tomada, pero por una cosa o por otra no realizaba mi sueño. Yo sabía que así retornaría a mis orígenes, a mi rancho, a lo mío. Era en el fondo un irresistible llamado de la sangre que debía atender o mi vida quedaría suelta, sin asidero. Pero no era eso lo único. La Media Luna era mucho más. Significaba un espacio, o más bien, un universo y me preguntaba cómo eran así las cosas, pues un universo no puede caber dentro de otro o no lo sería, duda que me persiguió muchísimas veces y de la que nadie, nadie, me sacaría sino yo mismo ese día.

La niebla amaneció más espesa cuando dejé Juanacatlán todavía a oscuras. Ningún alma quiso acompañarme cuando dije a dónde iba y ni me prestaron bestia o bicicleta. Nomás se santigüaron. Pero no me eran indispensables. Eché a andar y al cabo de las primeras luces el campo lucía tal y como lo imaginaba: intensamente húmedo y verde, hasta inundar mis sentidos y mi alma. No necesitaba nada más. Las nubes formaban formas caprichosas que sin embargo mi imaginación rápidamente descifraba, mientras el interminable camino se perdía a lo lejos entre mares de montañas y bosques de pinos. Había almorzado allá y llevaba bastimento suficiente para todo el día.

Al atardecer, cuando el sol declinaba, llegué a Lagunillas. Al fondo aún se percibían los humos del coloso y la blancura luminosa del Nevado. En un primer plano, las aguas cristalinas de los pequeños lagos. Al acercarme, mi instinto me indicó de inmediato la Media Luna. Una creciente emoción, que no miedo, se apoderaba de mi en tanto que las sombras de la noche hacían su aparición para ocultar el enorme pirúl que precedía al frontis. La soledad total y una sensación de triste abandono, más el ulular del viento, dejaron de aquel momento en mi corazón una extraña e imborrable huella que no era sino familiarmente relajante y bienhechora.

Admiré con la poca luz que quedaba la grandeza de aquella construcción. La imaginaba menos ostentosa, más pueblerina, pero en realidad eran impresionantes sus dimensiones y su calidad.
A medida que la recorría con la mirada se hizo patente mi pequeñez y mi incapacidad para indagar más nada. El intenso frío me obligó a cubrirme en un portal y luego de la fogata preparar mi bolsa de dormir. Siempre soñé e imaginé este momento y no me importaba ninguna inclemencia con tal de poner pie, mañana mismo, en su interior.

Empezaba a conciliar el sueño cuando ella llegó, ahora sin pies, flotando a una altura lejana a mi; tanto que su voz se confundía con el viento y sus cabellos con las ramas del pirúl.
"Te dije que no vinieras. Te lo dije muchas veces. ¡Necio!. ¿Crees que puedes oponerte a tu destino?. ¿Ralmente lo crees?"
Cuál destino???; ¿de qué me hablas Edwiges?; ¿Acaso conoces mi destino?...
Después de un largo y espeso silencio enmedio del cual me miraba fijamente con sus cuencas vacías, se acerco a donde me encontraba. Lentamente extendió su brazo hacia mi y un sudor frío empezó a inundar mi espalda. Sus dedos rozaron mi piel...no podía moverme y la respiración se interumpió cuando su aliento cubrió mi rostro.
"Querido niño, yo te conozco desde antes de que vinieras a este mundo. Sé tu destino. Sé cuando te irás. Sé lo que sucederá mañana contigo y también pasado mañana. Por eso te dije que a la Media Luna no te acercaras, pero saliste a él. Eres terco!. Quise que no fuera así, pero ni yo, ni yo que estoy a sus pies, pude convencerlo".
Sus manos descarnadas acariciaban mis mejillas sin hacerme daño. Edwiges me amaba, o yo eso sentía. De haberlo querido ella así, ya estaría muerto. Por tanto, pensaba, esto es parte de mi destino.
Recuperado el aliento pero aún enmedio de aquel escalofriante momento, decidí abrazarla. Lo hice con delicada suavidad hasta sentirla totalmente adentrada en mi alma. Le susurré: "Si este es mi destino, por favor, hazlo tuyo; acompañame. No me abandones".
Tras mi cabello reunió sus manos y con una voz que no era la misma, sentenció: "Mañana será otro día"...

De pronto, la alarma anunció las 6 am. ¡Que hueva!...

Acerca de mí

Nací un martes 13 exactamente a las 00.13 y alguien dijo que por eso estaba emparentado con un ángel desalojado del Paraíso. Tal vez...