lunes, mayo 23, 2011

DE AUSENCIA

¿Oyes el mar?
Eternamente estaremos escuchándolo.
Lo llevaremos dentro como la sangre, como la paz,
como te llevo a ti misma.
Todo, todo irá acabando: la tristeza, la vida,
la soledad tan grande en que me has dejado.
Sólo el mar, amor mío, el mar sigue existiendo.
Me asomo: lo contemplo desde esta tarde lenta,
desde esta fría y herrumbrosa baranda
a donde no te asomas.

Amor, no estás conmigo, ¿Ves el silencio en torno?
Baja como las olas,
me roza como el río de tu piel,
se aleja para siempre.
Tú, mar, eterno mar de mi sueño,
sueño ya tú, lejana, irremediable.

El viento te acaricia. Yo soy el viento.
Pero estoy solo.
Y tú, tú estás lejana.
Sólo el mar te recuerda, te vive, te arrebata.
Siento tus labios, que es sentirte entera;
siento tu carne, calladamente mía.
Mis manos en el aire te dan vida,
y la playa, ya inútil sin tu huella,
deshabitada y torpe se aleja como el día.
Sólo la tarde existe;
existe y va muriendo. Unos dedos de espuma
me agitan los cabellos;
unas hojas doradas por el sol van cayendo.
Quizá son tus palabras,
quizá el cerco ya inútil de tus brazos.

Escucha, amor, te voy nombrando
como te nombra el mar. Algún abismo
se quiebra no sé dónde, y este mar
que respiro no es el mío
con capiteles rotos y con mirto.
Es tu terrible mar, tu húmeda selva,
como tú, tormentosa; como tú, quieta, insospechada, dulce,
y otra vez angustiosa y arrebatada. Amor,
me vas muriendo. Este mar que era nuestro
me mira indiferente. Quisiera levantarme
como un viento tremendo
y sacudir las velas, descerrejar los brazos,
morirme a chorros.
Pero sólo el silencio. Yo, acodado en el aire,
contemplo tu recuerdo.
No hay más que arena.
La ciudad, a lo lejos, se desdibuja.
Es un humo borroso como el olvido.
Ahora estiro los brazos y te busco.
Aquí están nuestras rocas. El mar se mira en ellas;
también te busca.
Una estrella de mar va acariciando mi sombra:
mi sombra que, sin la tuya, no es más que un pozo seco.
Esta tarde es como media vida: la media que me falta.
La que tú te has llevado.

No, no has venido.
Eternamente no vendrás. Caerán constelaciones,
se hundirán montes, siglos, tempestades,
y no vendrás. Y yo estaré mirando
lo que nos une todavía: el mar.
Un buque remotísimo buscará el horizonte;
pasará un pescador con sus cañas al hombro.
Sólo tú no vendrás.
No vendrás nunca.

5 comentarios:

dubi dubi du dijo...

pero qué HERMOSO POEMA!!
TUYO??

no tengo testa para poemas ahora
esto requiere volver a releer pero me sabe a perla....

PD_ te pillé! xddd

dubi dubi du dijo...

¡Oh, mar! No eres tú el monstruo.
Yo te llevo mi perversidad.
Seré sirena en tus ondas
y te llenaré de tierra.
¡Oh, mar inmenso y sin confines!
Serás mi locura
como un pequeño estanque
donde lanzare mis navíos de sueños...
¡Oh, mar, no me asustas!
Tendida en ti me siento
como si fuera yo toda tu agua.


March, Susana

Ada Medina. dijo...

Bienaventurados aquellos que lograron ahogarse en los mares descritos por las letras mas triztes que me ha tocado leer.
Temo,mi querido Errante,que por error,intentes encontrar bajo las olas que describes,aquello que crees perdido.Que creas que dentro de este profundo mar,te siuentas mas feliz que en la superficie.
Y que quieras convertirte en habitante de las aguas de Neptuno.
¿Dime?...¿Puedes alcanzar mi mano,esta que te estrecho para tu salvacion?

Hades.

dubi dubi du dijo...

soy nymph soy fairy y nada de lo q digas srá idioma extraño pra mí

dubi dubi du dijo...

viviré en todo mundo invitada por todo ser inocente puro y divino...sin olvidar q mis raíces están en tierra...


Acerca de mí

Nací un martes 13 exactamente a las 00.13 y alguien dijo que por eso estaba emparentado con un ángel desalojado del Paraíso. Tal vez...