sábado, diciembre 02, 2006

PARA CUANDO AMANEZCA

La seda de tu cuerpo me envolvió hasta la madrugada, embriagándome por completo de ti. Llegué tarde y me esperabas. No pude evitar la demora ensimismado como estaba en aquellas otras noches de soliloquios y fantasmas. También me dominaba el miedo. Ese miedo perturbador y enajenante ,inmotivado, que me agobia desde que te besé por primera vez. Pero hoy no quiero remembranzas tristes. Aquí estoy abrazándote, sintiéndote, apoderándome de ti de tal manera que no anhelo nada ni a nadie más.

Y para cuando amanezca prometo volver a amarte con toda la fuerza y entrega de que soy capaz. Tus manos, tus ojos, tus labios harán brotar el deseo inmenso que llevo a flor de piel, para derramarlo en un instante tuyo y mío sin importar que el sol nos bañe de nuevo ni tampoco que alguien llame a la puerta o al corazón y nisiquiera si el océano me busca.

Para cuando amanezca, quiero tocar otra vez tu alma y hacerla vibrar infinitamente con una nota imperceptible a los demás. Una nota que viene de un extraño espacio sólo reservado a quienes pueden encontrar en las nubes, en el mar y en el joyel nocturno la respuesta a sus sueños y a sus interrogantes. Una nota que puede ser escuchada y sentida por diez...acaso quince navegantes del amor. Una nota que aún no ha sido expresada...y permanece.

Para cuando amanezca, no habrá sollozos ni desencuentros. Sólo una rosa blanca a tu lado como imagen perenne de mi amor.

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Acerca de mí

Nací un martes 13 exactamente a las 00.13 y alguien dijo que por eso estaba emparentado con un ángel desalojado del Paraíso. Tal vez...