viernes, marzo 09, 2007

LLANQUIHUE

Junto a la baranda del "Errante" dejé volar a mi imaginación para forjar un pensamiento, mientras la mirada recorría con avidez el Llanquihue de mis recuerdos. Sus orillas y follajes no habían cambiado, esmeralda viva que allá, muy lejos, se une al plúmbago celaje. Sin prisa, el barco se desliza suavemente sobre la transparencia sin par, que permite admirar el fondo y la roca, dando impulso y razón al apunte que bordo con emoción:

"Un diáfano silencio...
bajo el manto
de un cielo en paz y sobre el agua quieta,
el sueño azul cristalizó en un canto
que se adurmió en el alma del poeta.

El volcán a lo lejos parecía
un seno de mujer vertiendo albura
que heló la noche y deshelaba el día...
Y cada arroyo blanco suspendía
su curso entre la cumbre y la llanura.

Agua azul, cima blanca, verde fronda,
aire de tan divina transparencia,
que la misma existencia
se advertía más diáfana y más honda...

Reclinado en la borda, tan cercano
miré el cristal, que al corazón le vino
un voluptuoso impulso repentino...
Y sobre el agua deslicé mi mano
como sobre un encanto femenino.

Diafanidad inmóvil...Todo era
contenida emoción...Ni línea ruda,
ni agresivo color...El alma diera
algo por tener voz...
La barca muda
llegó como una sombra a la ribera".

1 comentario:

Natalia Cariaga dijo...

Hey! pasé por acá y quedé bastante sorprendida.
Tus escritos están muy buenos, hay una energía como contemplativa, a la espera... mucha belleza. Lo sorpendida fue por los versos que pude leer aquí: no me suelen gustar las rimas, pero a ti te quedaron preciosas.

Muchas felicidades

te seguiré leyendo


Acerca de mí

Nací un martes 13 exactamente a las 00.13 y alguien dijo que por eso estaba emparentado con un ángel desalojado del Paraíso. Tal vez...