jueves, marzo 01, 2007

PLENILUNIO

Para Alex...

Como nunca, el mar y el cielo se habían fundido. La luna, celosa de tan grandioso encuentro, apareció llena, redonda, plena, iluminando con intensidad insólita aquella noche. Testigo único de tan extraordinario espectáculo, decidí contar enmudecido las estrellas en un ejercicio que hubiera querido nunca interrumpir. Al hacerlo y señalar a cada una con el índice, di seguimiento a un sueño tras otro y ellas, como si unieran sus sentimientos a los míos, me impulsaron a volar. Miré desde el aire las crestas del oleaje que, furioso, se alzaba contra ellas, contra todo, contra mi, pero lejano y sutil, cobrando cada vez más altura, fui alcanzándolas maravillado por su hermosura y brillantez. Acaso los científicos habían dicho que los astros no tenían luz propia?...No sé, no lo recuerdo, pero compruebo que se equivocaron.

Como un ángel que juega y salta, recorrí cientos, miles de luceros que generosamente me acogieron. Mi piel pudo bañarse en su delicado y suave polvo y al hacerlo, cobraba un tono tan especial que no parecía el mío. No era blanco, como así lo creí siempre. Era aperlado, como ese que matiza los de las caracolas y de los árboles arrecifales, o como aquel otro que forma un arcoiris en el horizonte.

De pronto, al saltar hacia el más lejano y brillante, empecé a perder fuerza y me precipité al vacío en un horrendo y vertiginoso vórtice que me arrastró cual inerme hoja al viento. Sentí cómo mi cuerpo entero se rompía en mil pedazos al chocar con la tierra y absolutamente inerte cómo la sangre corría libre y ligera. Todo seguía dando vueltas a pesar de que no podía moverme.

¿Qué sucedió?...¿Cómo pasó?...

Mas, si el músculo y la carne se encontraban sin fuerza y estaban ahí, muertos, seguía sintiendo la vida dentro de mi. No era mi corazón el que latía, ya no. Eran mi alma y mi espíritu que, liberados, tornaron a volar, ahora con más fuerza, sin límite, sin ataduras, sin cadenas. Juntos se lanzaron hacia un nuevo horizonte, mucho más hermoso y límpido. Al fin, al fin habían iniciado el camino al hogar.

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Acerca de mí

Nací un martes 13 exactamente a las 00.13 y alguien dijo que por eso estaba emparentado con un ángel desalojado del Paraíso. Tal vez...