lunes, junio 14, 2010

CONFESIÓN

Sin arraigo en la tierra,
en constante escapada,
sin afectos que aten,
ni amistades que duren.
Le he pedido a la vida
su limosna de amores
y, de extender las manos,
se me ha secado el alma;
quisiera convertirme
en un rayo de luna
o en una sinfonía;
¡en brisa pasajera
o en ráfaga de viento!
Volverme transparente
y carecer de oídos,
sin ojos y sin labios
para gustar del mundo.
Soy igual que el cirio
que consumió su cera;
albatros sin alas,
zinzontle sin arrullo,
gorrión cuyo cuerpo
ha quedado sin fuerza.
Me llamo Errante.
En mí llevo el dolor
de mi destino incierto,
como el lucero vivo
de un vagar inútil
y de un inútil fulgor.
He de seguir la vida,
solitario, vacío,
y esconder mis anhelos,
petrificar mis ansias
y sonreír con risas
de amarga indiferencia...

Acerca de mí

Nací un martes 13 exactamente a las 00.13 y alguien dijo que por eso estaba emparentado con un ángel desalojado del Paraíso. Tal vez...