
Llegué a aquel espacio sin saber ni cuándo ni cómo. Todos se habían ido dejando un hueco inmenso y yo, anhelante de amor, encontré sólo una sombra, una sombra de tiempos, de ritmos, de sonidos, de besos, de...nostalgia.
En la infinita huella que dejara una pasíon única, no cabía nada, ni nadie. El corazón doliente sólo buscaba la caricia reconfortante del minuto que se fue. Quizá la palabra, el aroma, el sutil roce de otro sentimiento intenso. El corazón, ah...el corazón. Cuántas veces le dije, le supliqué que no volviera a enamorarse...pero terco y noble, no quiso aguardar, no quiso escuchar y, de nuevo, emprendió la aventura de entregarse, de fugarse hasta las estrellas en pos del ideal...
Es incomparable el amor y aún superior el arte de amar. No tiene explicación ni la busca. Sólo es. Así, como ayer y como mañana, él se entregará...sin condiciones, sin ataduras, sin resabios. Él se entregará, aunque sea tan breve y tan efímera la sombra que dejaste aquí...en esa sábana, en esa cama, en esa almohada.
Y hoy, al mirar a través de mi alma y de mi ventana el porvenir y al mismo tiempo el universo...me pregunto...¿estás ahí, sombra errante?...¿puedo confiar en que me harás el amor como aquella noche entre las arenas de la playa, sintiendo en cada poro de mi piel la suave presencia de tu inexistencia?...
En la infinita huella que dejara una pasíon única, no cabía nada, ni nadie. El corazón doliente sólo buscaba la caricia reconfortante del minuto que se fue. Quizá la palabra, el aroma, el sutil roce de otro sentimiento intenso. El corazón, ah...el corazón. Cuántas veces le dije, le supliqué que no volviera a enamorarse...pero terco y noble, no quiso aguardar, no quiso escuchar y, de nuevo, emprendió la aventura de entregarse, de fugarse hasta las estrellas en pos del ideal...
Es incomparable el amor y aún superior el arte de amar. No tiene explicación ni la busca. Sólo es. Así, como ayer y como mañana, él se entregará...sin condiciones, sin ataduras, sin resabios. Él se entregará, aunque sea tan breve y tan efímera la sombra que dejaste aquí...en esa sábana, en esa cama, en esa almohada.
Y hoy, al mirar a través de mi alma y de mi ventana el porvenir y al mismo tiempo el universo...me pregunto...¿estás ahí, sombra errante?...¿puedo confiar en que me harás el amor como aquella noche entre las arenas de la playa, sintiendo en cada poro de mi piel la suave presencia de tu inexistencia?...
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