domingo, abril 08, 2007

SORPRESA

Nunca imaginé que sería tan fácil. De hecho, si algo me había detenido lo fue sólo el escrúpulo, un cierto temor a lo desconocido y la nostalgia.

Me habían dicho que yo era...atractivo.... Eso lo sentía y a juzgar por las experiencias vividas era mucho más que eso, pero hoy, que la soledad me acompañaba, decidí jugar un poco con las posibilidades, así que acepté hacerme presente en el número 1728 de Carmine, a donde uno de mis nuevos amigos desde hacía tiempo me había invitado. Dijo que habría "onda".

La verdad es que me gusta vestir en forma sencilla, pero ahora abrí mi guardarropa y usé nada extravagante pero de muy, muy buen gusto. La neta no soy pretencioso y por eso no mencionaré marcas. Digamos que sonriendo sin saber porqué y tomando en cuenta que la noche se prestaba, probé algo elegante y sutil que proyectaba y exhibía más de lo que estaba acostumbrado. Era la primera vez. Una camisa negra de seda sin cuello. El cinturón color marfil, apenas un hilo, adornado con una casi inadvertible estrella de mar como hebilla en un tono carmesí, que tocaba en la cintura baja los pantalones también negros de mezclilla italiana ajustados al cuerpo, rematando con botas de piel a la moda, igual color marfil, todo ello semioculto con un medio saco de ante impecablemente blanco.

Monté en mi auto rojo, coupé. El cuero de los asientos despedía un aroma fino y envolvente cuando pasé por Emanuel, quien llevaba igual que yo elegantes diseños especiales. El aparato tocaba una selección de Crocce sensacional. Arranqué y en menos de diez minutos estábamos en la puerta siendo recibidos por dos lindas edecanes que nos llevaron hasta el interior, profusamente adornado y enmarcado por juegos de luces en distintos colores que hacían vibrar todo el lugar y a nuestros cuerpos desde el primer momento. Un buen diseñador habría quedado complacido sin duda.

Ni bien nos habíamos sentado en la barra, hermosa por cierto, con enormes espejos frontales y laterales en los que podías reflejarte y se reproducían una a una por miles las escenas que frente a mis ojos empezaban a surgir, increíbles, surrealistas, magníficas, llegaron hasta nosotros tres chavos que iniciaron un abordaje directo y sin rodeos. Al mismo tiempo el barman, rozando mi mano en una forma suave y cortés, puso frente a mi el whiskey 18 años que había pedido. Emanuel no mostraba sorpresa ante lo que sucedía. Lo dsifrutaba y más cuando aceptó el abrazo y el beso de alguno de ellos, en tanto yo sostenía apenas una charla de no sé qué con los otros dos, quienes, sugerentes, iniciaban un "ligue" que no puedo dejar de reconocer era con estilo. Ambos se sentían atraídos por mi e intuían, o sabían, quizá por la ropa, la voz, mis modales, por la mirada o simplemente porque jamás me habían visto, que yo era diferente. Sus pupilas, su sonrisa, sus movimientos eran inusuales. Incluso la palidez de sus rostros y la delgadez de sus manos y de sus cuerpos.

Ese no era mi lugar. Lo sé. El de ellos?... Lo ignoro. Pero la música, intensa e interminablemente sensual; aquellos colores suaves que con ella se combinaban y el mundo todo que ahí giraba, iban logrando que poco a poco también yo empezara a girar.

Después vinieron unas bellas chavas, rubia y apiñonada, que dejaron en mi piel sensaciones idas, emociones incontables, aromas olvidados. Hermosas, estuvieron conmigo hasta el amanecer, así como ellos, con risas, bailes y cantos, sólo hasta que entre sueños decidí irme, no sé porqué, pues todo estaba en su sitio, todo era perfecto, todo debía continuar.

No me extenderé más en una narración que podría resultar larga y fastidiosa. Sólo diré que, sin que quiera sonar jactancioso, -pues es rigurosamente la verdad-,que mi sorpresa fue inmensa cuando me di cuenta, al día siguiente, de que lo "atractivo" que yo creía ser quedó superado con las palabras, gestos, miradas, sonrisas, mensajes y expresiones, entre otras cosas a partir de entonces llegadas y, ante ello, además de mi alma, mi espíritu y mi mente, cada vez que salgo me acompaña ahora un amigo al que hacía tiempo no recordaba. Su nombre?...Ego. Él además me dice que soy encantador, hermoso, inteligente, seductor, simpático, sensual, ah...y un estupendo amante, algo que ya casi había olvidado de tanto correr al mar...¡Qué chida sorpresa!...






2 comentarios:

Natalia Cariaga dijo...

A mi también me gusta la errante.
Bueno... es la que ha estado siempre, no se puede no tenerle especial cariño.

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Esta lectura me sacó admiración. De verdad escribes muy bien; además es agradable encontarse con estos "temas" tan próximos, habituales y a la vez tan tabúes por decirlo así. Escribir sobre el ego, sobre lo que nos gusta de nosotros mismos, sobre lo que queremos que a los otros les guste, o cómo queremos gustarles es tan difícil como escribir sobre el sexo (pero el de verdad), sobre la mentira, sobre lo más cotidiano y que que está tan adentro incluso para nosotros mismos.

Se admira como escribe este muchacho por eso vengo siempre. Y escribe en parte tan distinto y tan similar a mi... ahi debe haber algo de ego no es cierto? jiji. Quizás su vida o como la mira es similar a la mía.

un beso grande señor
dejame tu mail (si quieres) porque quizás tenia uno equivocado.

se cuida para que así siga escribiendo y yo siga disfrutando y todo eso.

bye.

Derechos Reservados dijo...

bueno que decir despues de esta lectura sinto en tu trabajo una sutileza no muy comun y ademas unas imagenes que a ratos parecen ser reales en la imaginacion de quien las lee de veras que no me habia dado una vuelta este mes por tu blogeer especial y muy emocional tambien bueno Errante un abrazo de la tierra de oz que es de donde vengo Gonzalo Chile abril 23 del 2007


Acerca de mí

Nací un martes 13 exactamente a las 00.13 y alguien dijo que por eso estaba emparentado con un ángel desalojado del Paraíso. Tal vez...