jueves, noviembre 09, 2006

DOLOR

Usé menos tiempo del habitual a pesar del congestionamiento que a esa hora cubría la autovía. No me percaté de ello sino hasta que dejé de escuchar la voz de Lennox susurrándome "Love Song for a Vampire". La jornada había sido agobiante y deseaba ya llegar a casa, pero esa hermosísima canción me había relajado lo suficiente como para dejar que el automovil rodara despacio sobre el pavimento hasta el bosque.

Al bajar del coche, lo primero que los sentidos perciben es la suave caricia de la brisa, de la fina lluvia que no cesa nunca. Caminé casi sin pisar el suelo hasta la cerca junto al borde del cañón. Decidí permanecer allí para empaparme y dejar que la humedad penetrara mi piel mientras desplegaba mi vista por todo ese salvaje y misterioso lugar, de sobra conocido por mí, hasta clavar la mirada en la gran roca que veinte metros abajo había sido erosionada pacientemente desde tiempo inmemorial por millones de gotas, para formar la cavidad en la que de niño me gustaba hundirme. Mi espíritu voló entre los primeros luceros y luciérnagas, llegando a posarse tras la cortina arcoiris de Epsys. Ahí se mantuvo y me mantuvo, extasiado.

De pronto un ruido extraño, ajeno a todo aquello, me hizo volverme instintivamente antes de ser alcanzado por un tremendo golpe que me hizo perder el conocimiento. No sé cuánto tiempo permanecí así. Al intentar incorporarme, dolores en todo el cuerpo no me lo permitieron. La sangre y el agua se confundían profusamente y mi ropa hecha jirones mostraba que ya inconsciente me habían apaleado despiadadamente.

Me arrastré entre el barro hasta la casa, que había sido saqueada y destrozada. Daba la impresión de que buscaban algo. Muerto el teléfono, instintivamente recordé que el celular estaba en el coche y cuando me disponía a pedir auxilio entró una llamada: "Este fue sólo un aviso. Te adentras en terrenos que no debes. Para la próxima no lo contarás...". Con indignación y miedo comprobé que me vigilaban desde hacía tiempo.

Al intentar con la policía entró una segunda llamada: "Eres tú amor?...". Al escuchar tu voz me invadió por un instante un profundo sentimiento de alivio y de tranquilidad. "Te gustó el regalo que te hice?...hubiera querido que no te hicieran daño, pero eso es para que recuerdes que te quiero y que sólo eres para mí. Nunca lo olvides. Te amo...".

Un temblor incontrolabe se apoderó de mí y empecé a llorar como un niño...

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Acerca de mí

Nací un martes 13 exactamente a las 00.13 y alguien dijo que por eso estaba emparentado con un ángel desalojado del Paraíso. Tal vez...